Raúl Flores Martínez.
Gran ámpula levantó las declaraciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador por el convenio que realizaron algunos empresarios del país con el Banco Interamericano de Desarrollo para solicitar créditos para salvar las micro y medianas empresas en esta época difícil que se vive en el país.
“No soy un Florero”, es la frase que más repercutió en la sociedad, una frase que generó diversas reacciones en las redes sociales y entre los analistas de finanzas, quienes dieron en los espacios informativos sus puntos de vista sobre estos acuerdos entre empresas privadas, donde no intervendría presupuesto del Gobierno Federal.
Qué le duele al Presidente que se enojó por la decisión de los empresarios que lo único que hacen de manera lógica, es salvar su patrimonio, algo que usted que me lee lo tendría que hacer si tuviera un negocio y ve en peligro que lo puede perder por la parálisis económica en la que se vive.
“No soy un Florero”, la frase que también quedará enmarcado en los anales de la historia de México; con todo respeto señor López Obrador, usted desde que entró al gobierno no ha sido más que un florero que sólo mete las manos donde le conviene.
Le pondré un ejemplo, el único que traigo desde hace meses. Se enoja con los empresarios que se saltaron sus penosas decisiones de no apoyarlos, pero no se molesta, enoja cuando los criminales reparten despensas a la población civil, cuando los criminales, han dejado estela de muerte y marcado abril como uno de los meses más violentos de su sexenio.
La falta de una mano firme en la lucha contra el crimen organizado, la falta de una estrategia de seguridad; sobre todo, el haberle amarrado las manos a las Fuerzas Armadas en su lucha contra los diversos carteles de la droga, lo hacen ver como un simple florero que no toma partido.
El país se está hundiendo poco a poco en la incertidumbre económica, 25 mil pesos de préstamo para empresas que tengan más de 5 empleados afiliados al seguro social. Qué pasa con aquellos comerciantes que desde hace un mes dejaron de vender, bajaron sus cortinas.
Qué pasa con los tianguistas, los dueños del changarro de las colonias populares, esos que no tienen afiliados al seguro social por ser un negocio cien por ciento familiar, esos negocios se irán a la quiebra; pero la cerrazón y miopía de afectar a los empresarios y al llamado neoliberalismo, lo hace cometer diariamente malas decisiones que en pocos meses le saldrán muy caras.
Usted Presidente Florero, no es economista, es más no tiene la mínima idea del manejo de las finanzas, deje que aquellos que lo saben lo manejen para que este país no se hunda en la incertidumbre económica.
