México.- El gabinete técnico creado por el gobierno español, del socialista Pedro Sánchez, informó, como cada mañana, lo que uno de ellos definió como “parte de guerra”. Porque en las instituciones y en la población ha calado la idea de que la pandemia ha creado una situación social e institucional como si se tratara de una guerra. Todo es excepcional, no sólo la restricción de movimientos.
Nada funciona como antes de que se declaró el “estado de alarma”, el pasado 14 de marzo, cuando en el país ya había registrados seis mil casos positivos con coronavirus y habían fallecido seis personas. Muy tarde para los detractores de la actuación del gobierno español y del resto de las administraciones públicas que integran el Estado, incluidas las autonomías, que tienen competencias en Sanidad y tampoco aplicaron ninguna restricción ni medidas emergentes.
El último informe técnico confirma que la situación empeora a una velocidad incontrolada. Hay 19 mil 980 infectados, con lo que con toda seguridad a lo largo del día se superará la barrera de las 20 mil personas. Los fallecidos por el virus son mil dos personas, la mayoría en Madrid, con 602 muertos, seguido muy de lejos por Cataluña, con 82. Lo más preocupante es el alto número de ingresados en UCI en estado crítico, que son mil 141. La cifra de personas curadas es de mil 585.
Para intentar paliar la situación de emergencia que se está viviendo en los hospitales, sobre todo de las dos grandes ciudades del país, Madrid y Barcelona, se han montado varios hospitales de campaña, algunos por parte del Ejército, para atender a todas las personas que presentan síntomas y padecimientos graves por el contagio. Uno de los más grandes se instaló en el Parque Ferial de Ifema, donde se suelen celebrar los congresos en la capital española. Ahora sus salas servirán para atender a cinco mil 500 enfermos, si bien todavía no se ha especificado si se destinarán a los enfermos leves o intermedios.
También está por entrar en vigor el plan emergente activado por el ministerio de Sanidad, que ordenó la contratación de hasta 50 mi sanitarios más, la mayoría de ellos jóvenes recién licenciados o en el último año de carrera, y también jubilados con más experiencia, pero que por su edad son lo que se denomina “población de riesgo”.
Para añadir más zozobra a una población abatida por la situación, y sobre todo porque ven que la pandemia lejos de mitigarse se propaga cada vez más, el Banco de España informó que los efectos de la crisis sanitaria provocará una “perturbación sin precedentes” en la historia. De hecho una encuesta hecha al vapor de la crisis advierte que un 92 por ciento de la ciudadanía en edad laboral teme perder su puesto de trabajo. Y más del 66 por ciento está convencido que los daños provocados por la pandemia en su economía personal y familiar tendrá un “efecto negativo y duradero”.
La Jornada
