En el primer cuadro del Centro Histórico, es evidente la poca presencia de oaxaqueños y automóviles.
Las principales calles de la ciudad lucen casi vacías, algunos comercios y sobre todo restaurantes permanecen abiertos ofreciendo el servicio a domicilio como una medida de evitar caer en una crisis económica aún mayor debido al coronavirus y que los obligue a cerrar sus negocios definitivamente.
Los mercados, tianguis y bancos siguen siendo los únicos lugares donde hay presencia de oaxaqueños debido a la compra de alimentos y movimientos bancarios que tienen que llevarse a cabo.
Tal como lo ordenó la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, las iglesias continúan abiertas pero solo algunos fieles acuden a rezar, ya que las misas han sido suspendidas hasta nuevo aviso.
En algunos bares ubicados en la colonia Reforma han tenido que enviar a casa a la mitad de su personal por la poca afluencia de consumidores y para evitar el contagio del coronavirus, la otra mitad laborarán esta semana y en la siguiente realizarán el cambio empleados.