Uso de cubrebocas y careta reduce en 90% contagio de Covid-19: UAM

MÉXICO.- La medida individual más destacada para prevenir contagios por COVID-19 es la utilización de cubrebocas y la protección de los ojos, de preferencia mediante una careta o lentes, coincidieron los profesores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Fernando del Río Haza y Rafael Bojalil Parra.

Es sustancial que el tapabocas se ajuste muy bien a la cara, sin dejar espacios entre la piel y la mascarilla; si no es N95 y fue elaborada en casa debe tener tres capas, una de ellas impermeable al agua”, indicó el doctor Bojalil Parra durante su participación en el ciclo de Foros académicos: La investigación UAM presente ante la pandemia.
De acuerdo con indagaciones científicas, las N95 “podrían disminuir las probabilidades de transmisión en 96 por ciento y las hechas en casa en 65 por ciento, lo cual es muchísimo, por lo que resulta trascendental el uso universal” de este elemento de protección personal en exteriores.
El docente del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco citó estudios, según los cuales protegerse los ojos reduce en 78 por ciento el riesgo de infección, pero si además se cubren la nariz y la boca, el problema se descarta hasta en más de 90 por ciento.
El doctor Del Río Haza enfatizó la relevancia de mantener ventilados los espacios cerrados para evitar la acumulación de gotículas que forman aerosoles y eludir, en la medida de lo posible, el uso del aire acondicionado.
Investigaciones encontraron la presencia del virus hasta 16 horas después en un lugar cerrado, flotando en el ambiente dentro de los aerosoles, lo cual es mucho tiempo y la única manera de eliminarlo es procurando que la corriente de aire fluya de manera natural, recomendó el Profesor Emérito y Distinguido de la Unidad Iztapalapa.
Tampoco se debe permanecer en un sitio cerrado por más de 45 minutos, sobre todo si no hay una ventilación adecuada y de preferencia salir alrededor de 15 minutos, pues de otra manera resultará un caldo de cultivo.
Bojalil Parra explicó que carga viral consiste en la cantidad de virus que puede contener el organismo humano en un momento del curso de la enfermedad, mientras que dosis infecciosa o inóculo es el número de virus que se aspira o inhala.
Algunos autores han fijado en mil virus la dosis infecciosa mínima, lo que puede resultar o no elemental en términos de divulgación, pero “en tanto no alcancemos dicha dosis, las probabilidades de que desarrollemos síntomas serán bajas”, así que mientras más patógenos circulen en el cuerpo, “más grave será el padecimiento, de tal manera que sí hay una relación entre cuántos virus aspiramos, cómo los podemos o no contener y cómo esto permite que se dé o no una mayor carga”.
La duración activa del COVID-19 dependerá de las condiciones de la luz, así que al estar más cerca del mediodía, más radiación ultravioleta habrá y durará menos tiempo, por lo que la temperatura y la humedad del momento son factores que influyen.
Bojalil Parra, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III, reconoció que los expertos no han sido suficientemente activos en materia de divulgación y mucha gente no tiene confianza “en las cosas que decimos, además de que hay mucho ruido, desinformación y no se distingue entre datos sin bases y los que poseen sustento científico”.
El doctor Del Río Haza agregó que en la Ciudad de México todavía “no acabamos de subir la cuesta, pese al Semáforo Naranja, por lo que debe realizarse un esfuerzo mayor, una campaña más fuerte para educar a la población en el buen uso del cubrebocas para bajar las posibilidades de enfermar”.
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