Guillermo Ucha-Cabadas

Guillermo Ucha Cabadas.

Qué tiempos tan difíciles está viviendo la juventud mexicana en materia política y social. No sabemos en dónde estamos, mucho menos hacia dónde vamos. Nuestra representación en el Congreso es casi nula, y los que podrían representarnos están más interesados en subir fotos a Instagram que en abrirnos espacios. Existen décadas de diferencia entre nosotros y quienes toman las decisiones por nosotros, muchas de las cuales a sus autores no les tocará ver en vida. El Ejecutivo piensa que los programas clientelares, perdón, asistencialistas, son la política pública que necesitamos. Los partidos políticos nos voltean a ver sólo cuando hay elecciones y nos olvidan cuando estas se acaban.

El caso de las “organizaciones” juveniles es peor. Solo la semana pasada renunció la representación femenina de una de las organizaciones autonombrada como la más grande de México en materia juvenil. Se habla de malos tratos, conductas machistas y denuncias de acoso y violencia ignoradas por la dirección nacional.

Desgraciadamente también podemos ver como el “relevo generacional” que proponen algunas agrupaciones es más de lo mismo. De nada sirve que algunos jóvenes busquen la presidencia nacional de un partido político si sus ideas son más anticuadas que ellos mismos. Resulta peligroso presumir una candidatura y caracterizarla como “fresca” y “disruptiva” por el simple hecho de que sus titulares sean menores de 30 años. Tampoco tiene sentido que jóvenes realicen acciones como recolectar firmas para una acción sin pies ni cabeza. Trabajar para impresionar a las cabezas de un movimiento no tiene futuro alguno.

Con estos ejemplos es entendible que las y los jóvenes no tengan interés en involucrarse en la vida política y social del país. De hablar de buscar un puesto de elección popular ni hablamos, esos espacios históricamente han estado reservados para las y los hijos de los políticos de siempre. El camino hacia el éxito político es casi imposible para quienes venimos de familias forjadas por el esfuerzo y el trabajo honesto, totalmente separado de la política mexicana.

Todo esto debe cambiar. Y ya es tiempo de entender que en todas y todos nosotros está el poder y la responsabilidad de cambiarlo.

Es tiempo de buscar alternativas. Los comicios electorales del 2021, que están a la vuelta de la esquina, serán las elecciones más grandes e importantes en la historia moderna de México. Las y los mexicanos elegiremos 15 gubernaturas, 1,063 diputados de 30 congresos locales y 1,926 ayuntamientos en 30 estados. Además, el Presidente se estará jugando la continuidad de su proyecto político en la renovación de la Cámara de Diputados.

Es aquí donde debemos entrar las y los jóvenes, porque, de no hacerlo, nuestro futuro será inexistente, seguiremos atorados en el círculo interminable del estancamiento social y no aprovecharemos el bono demográfico del país.

Es necesario que en este proceso electoral venidero garanticemos nuestra representación en los congresos locales y en la Cámara de Diputados. Es tiempo de hacerle saber a los partidos políticos que no votaremos por ellos si siguen reciclando a los políticos de siempre. Ya es tiempo de que postulen a candidatos jóvenes con agendas progresistas que incluyan política pública con perspectiva de género, plataformas electorales que se caractericen por contar con acciones de protección al medio ambiente, sustentabilidad, uso de tecnologías como el blockchain y la inteligencia artificial, el respeto y el desarrollo de la interculturalidad, y que generen propuestas económicas que aseguren el futuro y el desarrollo profesional de las nuevas generaciones.

¿Cómo logramos esto?

1. A través de agrupaciones juveniles (las que sí trabajan, no las que solo suben fotos a redes sociales) se pueden generar propuestas legislativas y de política pública que las y los candidatos se vean obligados a desarrollar y llevar a cabo. Hay jóvenes que cuentan con las capacidades y la experiencia para realizar este tipo de propuestas. La edad no determina la capacidad. Muchas y muchos jóvenes han generado mayores impactos sociales en su corta vida que algunos políticos que hoy cuentan con un escaño o curul. Ya existen este tipo de agrupaciones, una búsqueda rápida en redes sociales te llevará a ellas. Únete, aprende y trabaja.

2. Aceptando nuestra responsabilidad. La vida es más que la salida del fin de semana o la comida con los amigos. Es tiempo de que aprovechemos los privilegios de nuestra juventud para beneficio del país. Invierte tu tiempo en aprender y educarse. Involúcrate en proyectos de impacto social, en colectivas feministas, en campañas de reforestación, en conferencias sobre temas coyunturales. Cuestiona lo que crees correcto. Ponte en los zapatos de alguien más. Se más tolerante y comprensivo. En lugar de tratar de imponer tu ideología aprende a escuchar otros puntos de vista. Ve a comunidades marginadas, conoce la vida que llevan y lo que les hace falta. Visita hospitales públicos, entérate de esa realidad que no conoces. Conoce a María, la madre soltera de tres hijos que lucha diariamente por llevar comida a su mesa. Conoce a Laura, la víctima de trata, que se esfuerza por tener un futuro mientras combate las consecuencias de sus experiencias. Platica con ellas, piensa en cómo puedes utilizar tus conocimientos y habilidades para hacer que su vida sea un poco más fácil. Piensa en cómo hacer que esa solución pueda impactar a más personas.

La revolución de sofá debe llegar a su fin. Facebook, Twitter e Instagram deben ser herramientas sociales, no espacios de queja sin sentido. De nada sirve compartir memes que se burlan de AMLO si no haces nada para combatir las decisiones injustas que diariamente realiza su gobierno. De nada sirve compartir el sticker para burlarte de Calderón y de México Libre si no tienes idea de que el INE le dio el registro a un partido político que realizó afiliaciones en iglesias y se benefició de la injerencia de ministros de culto, el mismo partido de Cuauhtémoc Blanco, su único gobernador, quien piensa que 7 + 4 = 10. De nada sirve compartir tu indignación sobre los comentarios machistas de Samuel García si no trabajas con mujeres y niñas violentadas y luchas contra el machismo dentro de tu hogar y de tus amistades.

Ya es tiempo de despertar. Si no lo haces tu, nadie lo hará por ti. Si no luchas por arreglar lo que está mal, nadie más lo hará. Si no exiges lo que crees justo, nadie más lo exigirá. Decide despertar.

@guillermouchac

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