Rubén Cortés.
Por lo general, alguna parte de la opinión pública es injusta con el actual gobierno, al darse por sorprendida cuando los hechos son consumados. Por ejemplo, ya el presidente advirtió: “Yo termino, si así lo decide la gente, en 2024”.
Lo dice el gobernante más fuerte de México en el último cuarto de siglo, un gobernante que sí cumple sus anuncios, como cancelar el aeropuerto de Texcoco, rifar el avión presidencial, mantener el sector energético al margen del T-MEC, dar abrazos y no balazos…
“Yo termino, si así lo decide la gente, en 2024, y no vuelvo a participar en política, a ocupar ningún cargo ni a aspirar a nada, porque siento que contribuí y vendrán otros”. Periódico La Jornada. Lunes 7 de septiembre, 2020, p. 2.
Esa confianza sólida en la continuidad llega fuerte y clara a los subordinados. Por ejemplo, el librero del gobierno dice que Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín deberían guardar silencio o “cambiarse de país”.
Mal se haría en descreer de la amenaza sólo porque quien la hace es un adolescente emocional: como comisario político, Paco Ignacio Taibo II repite lo que escucha a sus jefes. Sí él dice que “se queden en su esquina o que vayan cambiando de país”, es porque es verdad.
No se debe olvidar que el vendedor de libros del gobierno llegó a ese puesto por la fuerza, amparado por la modificación de la ley al vapor para que pudiera ocupar la dirección del Fondo de Cultura Económica.
El Artículo 21 de la Ley de Entidades Paraestatales establecía que el jefe del FCE debía ser mexicano por nacimiento. Y Taibo (ese que pide a mexicanos que abandonen México) nació en en España. Pero la ley fue cambiada en unas horas en favor del comisario.
Y lo festejó así: “Va a haber un edicto del presidente nombrándome encargado de despacho mientras sale la ley. Sea como sea, se las metimos doblada”. El escritor Aurelio Asiain lo describió:
´Se la metimos doblada’: nos los cogimos. Los penetramos, contra su voluntad y sus expectativas. La celebración machista del sexo anal no como placer mutuo sino como demostración de poder. Falocracia delirante.
Se trata, pues, de un gobierno que sí usa el poder y que sí cumple sus propósitos. Recordemos que la actual rifa del avión presidencial era ilegal según las normativas de la Lotería Nacional: sus sorteos eran para la entrega de dinero en efectivo, no en especie.
“Hay muchos, no diría obstáculos, sino procedimientos legales que se tienen que resolver”, comentó el presidente, y enseguida emitió un decreto según el cual ya se permite que, por medio de un “cachito”, se entreguen premios en especie, incluido un avión.
No: no juegan, eh.
