Política de fariseos

Rubén Cortés.

Visita a Trump en medio de la campaña presidencial de Estados Unidos, exigencias de disculpas a España y el Vaticano por la Conquista, miembro del Consejo de Seguridad, apoyo al dictador Maduro en la OEA y la ONU, asilo al dictador Evo Morales…

Es bastante activa la política exterior del actual gobierno mexicano, aunque proclame oficialmente que la mejor política exterior es la interior, y enarbole la no intervención, porque el respeto al derecho ajeno es la paz.

Pero claro que interviene. Veamos:

–El ocho y nueve de julio, en plena campaña presidencial de Estados Unidos, el presidente mexicano visitó en Washington a Donald Trump, enfrascado en reelegirse. No se reunió con el otro candidato presidencial, Joe Biden. Fue a jugársela por Trump.

Tanto que el presidente mexicano apareció enseguida en el spot oficial de campaña de Trump (estrenado en la Convención Republicana donde éste fue nombrado candidato) y que muestra como uno de sus grandes logros que el mexicano fuera a visitarlo.

–El 24 de octubre del año pasado, el gobierno mexicano respaldó al instante el robo de las elecciones por parte del dictador de Bolivia Evo Morales, quien iba abajo en el conteo cuando el sistema de cómputos se cayó. Al reactivarse el conteo… ya había ganado.

Ante las protestas locales e internacionales, Morales tuvo que abandonar la presidencia, y el gobierno mexicano acogió sin reparos una teoría de golpe de Estado que no prosperó y trajo a Morales a vivir en México, y hasta CURP le concedió.

–En los últimos dos años, el gobierno mexicano ha sido el único en votar a favor de la dictadura de Venezuela en la OEA (o abstenerse) en temas como la captura del órgano electoral por parte del gobierno, asalto de militares al Congreso y represión a opositores.

Incluso, hace una semana, se negó en Ginebra a condenar al régimen de Venezuela en la votación de un informe de casi 500 páginas Naciones Unidas que considera al dictador Nicolás Maduro “responsable de crímenes de lesa humanidad”.

–A un año de las elecciones presidenciales en Honduras en 2021, el gobierno mexicano encargó a Banco Azteca “dispersar” apoyos en ese país por 31 millones de dólares de los impuestos de los mexicanos. Quien los reparte es la cuñada del canciller mexicano.

La hermana de la esposa del canciller mexicano es cercana a la aspirante presidencial populista Xiomara Castro, pues la esposa del canciller mexicano fue embajadora aquí del marido de Xiomara Castro, el expresidente populista de izquierda Manuel Zelaya.

Así que no es del todo cierto que la política exterior mexicana actual cumpla tal principio del respeto al derecho ajeno. Sí interviene, por supuesto.

Sólo que su ADN es del fingimiento.

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