Raúl Flores Martínez.
Las distintas protestas que han realizado los distintos colectivos feministas en el país, han sido infiltrados por integrantes del crimen organizado que en su momento, exigen la destitución de los secretarios de Seguridad Pública de por lo menos tres estados.
Ciudad de México, Jalisco y Quintana Roo, tienen algo muy común, tienen el accionar del crimen organizado en distintos niveles que han sido golpeados por sus fuerzas policiales en coordinación con las Fuerzas Armadas.
Ciudad de México con la Unión Tepito, Jalisco con el Cártel de Jalisco Nueva Generación y Quintana Roo con el Cártel del Pacífico, Jalisco Nueva Generación, Cártel de Cancún y algunas de escisiones de Los Zetas y Golfo.
Estos grupos a los largo de los dos últimos años, han infiltrados algunos colectivos que reciben dinero a cambió de exigir la renuncia de determinados mandos policíacos, con la finalidad de que le bajen de ritmo a los operativos que están llevando a cabo por las autoridades.
Algo similar se realiza en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde supuestos familiares de desaparecidos protestan contra las autoridades hasta que son cesadas o cambiadas de estado, como fue el caso de la Armada de México, que tras diversas protestas pagadas por el Cártel del Noreste salió del estado tras las acusaciones de ser los causantes de las desapariciones de jóvenes en el municipio.
Jóvenes que tras una investigación y comparándolos con sus perfiles de Facebook, eran sicarios del CDN que en su momento fueron exhibidos en las páginas del periódico Excélsior.
Algo similar está pasando con algunos infiltrados en los colectivos feministas, que de acuerdo a la información filtrada que realizan los aparatos de inteligencia nacional, algunos grupos delictivos han comenzado a dar “apoyos” para realizar los actos violentos para pedir la destitución de los mandos policíacos.
Aclaremos que las protestas feministas tienen justa razón, el desbordamiento de la violencia contra las mujeres, es reprobable e injustificable; al igual que la intromisión de grupos radicales que a través de la violencia buscan desprestigiar las protestas legítimas.
Precisamente son estos grupos los que están siendo financiados por el crimen organizado con la finalidad de frenar la operatividad de las fuerzas del orden que han dado fuertes golpes a sus finanzas en Ciudad de México, Jalisco y ahora Quintana Roo, dónde también opera la mafia rusa.
Ahora solo queda que las autoridades de los tres gobiernos, se pongan las pilas para detener a las personas violentas y quienes las están financiadas para dar con el grupo del crimen organizado que están exigiendo la cabeza de los mandos policíacos para seguir delinquiendo.
