El trancazo de Monreal a Corral

Francisco Garfias

Francisco Garfias.

Un merecido trancazo que le acomodó el senador Ricardo Monreal al gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, por la persecución política desatada en el estado grande en contra de correligionarios y opositores que aspiran a sucederlo en el cargo.

“No vamos a permitir tiranos ni caciques que quieran perpetuarse en el poder”, dijo el coordinador de los senadores de Morena, en un video que grabó con el propósito de  defender a su compañero de bancada, Cruz Pérez Cuellar.

Y es que Pérez Cuellar, quien busca la candidatura de Morena al gobierno de la entidad, se sumó al club de perseguidos por Corral.

El gobernador lo acusa de estar en la “nómina secreta” de César Duarte, detenido desde julio pasado en Estados Unidos por delitos de corrupción.

La Fiscalía del Estado ya pidió el desafuero del Senador a la Cámara de Diputados para hacer efectiva una orden de aprehensión en su contra.

“No puede ser que en estos tiempos de apertura democrática, de cambio de régimen y transformación de instituciones, se vivan y se reproduzcan las peores prácticas políticas de persecución contra los adversarios, como está sucediendo en Chihuahua”, lamentó Monreal.

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En el club de perseguidos por Corral está también la alcaldesa, Maru Campos, carta fuerte del PAN para la gubernatura. El mandatario estatal le hace idénticos cargos: recibir dinero de Duarte. No ha podido probarle nada.

Ya intervino Marko Cortés, jefe nacional del PAN, para pedir a Javier que evite la decalificación de la alcaldesa, si no hay resolución judicial.

Alejandro Gutiérrez, ex secretario general del PRI, es otro distinguido miembro de ese club.

Corral anunció la semana pasada que lo regresaría a la cárcel –ya estuvo 9 meses por presunto peculado— para cumplir una sentencia de seis años, sin beneficio. La justicia amparó al ex priista y ordenó que siga como está: en libertad.
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En círculos opositores nos comentan con alivio que se vino abajo lo que llaman “operación Bejarano” –por René– que consistía en tejer alianzas con presidentes municipales en todo el país, de cara a las elecciones intermedias del 2021.

El afamado profesor ya había amarrado acuerdos con los alcaldes, pero vino el Presupuesto 2021, que castiga duramente a estados y municipios—y todo se vino abajo.

Los alcaldes se quedaron como el chinito “nomás milando” y, nos aseguran, ya ni siquiera reciben al otrora “Señor de las Ligas”.

“Si lo hubieran apoyado en la operación otra cosa sería,  pero están muy confiados en la marca, en el sello, y en su Dios”, nos dijo una fuente autorizada en temas de estrategia electoral.

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Muy caro le puede salir a Movimiento Ciudadano la decisión de su dirigente, Dante Delgado Pinal, de no ir en alianza con ningún partido en las elecciones intermedias.

Ya es conocido que el pasado 21 de marzo, el MC registró un sensible revés a sus propósitos de gobernar Nuevo León.

Luis Donaldo Colosio Riojas, a mi juicio su mejor prospecto, se descartó como aspirante de ese partido a la gubernatura de Nuevo León, porque el partido naranja se rehusó a ir en coalición con el PAN.

Apuesta arriesgada la de Dante. Movimiento Ciudadano es una marca emergente. Necesita de nombres y apellidos. Eso los sube en la medición, como alguna vez apuntó Agustín Basave Alanís, líder estatal del naranja.

Al MC le queda la carta del acelerado senador Samuel García, un joven y protagónico legislador, quien alguna vez metió la pata al llamar la atención de su esposa por andar “enseñando” pierna en redes.

Esas elecciones ponen en juego 15 gubernaturas; 500 escaños en la Cámara de Diputados Federal; 1.063 diputaciones de 30 congresos locales y 1.926 ayuntamientos en 30 estados.

Pero para los partidos emergentes es una cuestión de vida o muerte. Si no logran el 3 por ciento de la votación, pierden el registro.

FIN.

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