La farándula de la política

Guillermo Ucha Cabadas

Guillermo Ucha Cabadas*.

El proceso electoral del 2021 ha llegado. En estas elecciones, que serán las más grandes en la historia de nuestro país, estarán participando nuevos actores (y no hablo solo de los políticos). A la lista de partidos conocidos se suman tres nuevos institutos políticos: Encuentro Solidario, la nueva versión del desaparecido PES, Fuerza Social por México, cercana al líder sindical Pedro Haces, y Redes Sociales Progresistas, dirigido por familiares y cercanos a Elba Esther Gordillo. En total, serán diez partidos los que buscarán convencerte de votar por ellos.

Estos tres nuevos partidos se han declarado simpatizantes a la mal llamada cuarta transformación, y, debido a su reciente creación, no podrán formar parte de la alianza “Juntos Hacemos Historia” que une a morena, PT y el PVEM; sin embargo, buscarán obtener la votación mínima para mantener su registro.

A esta baraja electoral se le suma la inédita alianza “Va por México”, conformada por el PAN, el PRI y lo que queda del PRD. Aunque no irán juntos en algunos estados, buscarán quitarle el control de la Cámara de Diputados a morena y sus aliados.

Esta época electoral se ha convertido en una especie de mercado de candidatos. Al rededor de 31 artistas, deportistas y luchadores aspiran a llegar a cargos de elección popular.

Este fenómeno político no es endémico de México. Durante los pasados años hemos sido testigos de personajes de la farándula que han buscado llegar a puestos públicos importantes, como Manny Pacquiao en Filipinas y de algunos que lo han alcanzado, como Volodomir Zelenski, un comediante, hoy presidente de Ucrania.

La democracia permite e invita este tipo de participación política. En teoría, es entendible que los partidos postulen a este tipo de perfiles, ya que son ciudadanas y ciudadanos que pueden representar y luchar por los intereses de ciertos sectores de la población. El problema es que en la realidad esto no es cierto, ya que lo hacen con el único objetivo de obtener más votos y eso debería preocuparnos, porque es la clara evidencia de que los partidos políticos no están haciendo dos de sus principales tareas, la de crear y desarrollar cuadros que representen a los diferentes sectores de la población o la de permitir el cambio generacional, evitando participar la participación de perfiles jóvenes con ideas innovadoras, permitiendo que dinosaurios (que en todos los partidos hay) impongan su voluntad.

En el primer caso, podemos ver que los partidos políticos desecharon sus escuelas de cuadros y decidieron apostarle a la popularidad por encima de la capacidad y la experiencia. Esto ha ocasionado que el ejercicio de gobierno y la participación política se desvirtúe, que personas sin capacidad tomen decisiones equivocadas y que empeore la realidad del país. Casos son muchos, como el de Cuauhtémoc Blanco en Morelos o Manuel Negrete en Coyoacán y demás personajes que han demostrado lo que pasa cuando puestos importantes son ocupados por personas sin ningún tipo de experiencia en cargos públicos.

En el segundo caso, la falta de un cambio generacional evita que los procesos mejoren y que nuevas ideas tengan oportunidad de ser cosechadas. Los partidos pueden presumir que cumplen con los requisitos de paridad en materia de género, incluso pueden dar candidaturas a activistas y luchadores sociales con trayectoria, pero solo basta con revisar las listas de plurinominales que presentan para darse cuenta que los espacios de toma de decisión son ocupados por los mismos personajes que nos han llevado a la lamentable situación que vivimos actualmente.

La aspiración de ocupar un cargo público debe nacer de servir a las y los demás. Desafortunadamente, muchos de los candidatos que veremos en las boletas en este 2021 buscan servirse a ellos, a costa de las y los demás. No podemos seguir votando por partidos que no cumplen con sus tareas y que, en lugar de construir un plan de gobierno atractivo e innovador, apuesten por perfiles de la farándula para atraer a la ciudadanía. No debemos votar por quien mejor nos caiga, debemos exigir opciones que puedan convencernos con propuestas de política pública que busquen mejorar nuestras vidas.

PARA CERRAR:

Algunos diputados federales de morena solicitaron ser vacunados para poder hacer campaña. En primer lugar, quienes ocupan cargos legislativos deben solicitar licencia si quieren hacer campaña, no puede ser que los Congresos deban cubrir los gastos electorales.

En segundo lugar, uno pensaría que estas campañas invitarían a sus participantes a hacer política innovadora y diferente, pero no, vemos cómo los partidos siguen organizando eventos masivos, como candidatos se reúnen con personas sin utilizar cubrebocas o utilizando solamente una careta. En ambos casos se expone a la ciudadanía a contagiarse de COVID. ¿Ellos cubrirán los gastos si alguna persona se contagia? Es pregunta.

Evitemos votar por esas candidatas y candidatos que le dan prioridad a sus intereses personales, que no les importa lo que pueda llegarle a pasar a la ciudadanía. Evitemos votar por quienes usan el periodo de precampaña, que es solo para posicionarse con militantes y simpatizantes, para hacer promoción política y exponer a más personas.

*Asesor Legislativo en el Senado de la República y Presidente del Consejo Interuniversitario Nacional de Estudiantes de Derecho, A.C.

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