Raúl Flores Martínez.
El poder corruptor del crimen organizado en la Ciudad de México, es cada vez mayor con el apoyo de elementos en activo de elementos de seguridad pública y policía de investigación para diversificar sus delitos.
En los últimos años, los excesivos cobros por las extorsiones o el llamado cobro de piso, está generando que los comercios establecidos estén cerrando sus cortinas ante la invasión de los delincuentes.
Ahora este grupo delictivo va por el despojo de los comercios de las plazas comerciales del Centro Histórico y de la calle denominada “calle de las novias” a través de las amenazas de muerte.
Para nadie, es un secreto que la Unión Tepito domina en la alcaldía Cuauhtémoc, sobre todo las zonas de Manuel Doblado, donde Eduardo Ramírez Tiburcio, “El Chori” controla esta zona, mientras en la zona Centro y Lagunilla está dominada por Víctor Hugo Ávila Ramírez, “El Huguito”.
Otras de las calles que ya son propiedad de la organización criminal, son Venezuela, Colombia, El Carmen, Belisario Domínguez, donde se distribuyen los halcones, espías, jóvenes y niños que reportan quienes son sospechosos en esta zona.
Los cobros por el derecho de piso y extorsión, son variables, dependen del tamaño del establecimiento y giro comercial. Van desde los 300 a 500 pesos por día de lo contrario, sufren las consecuencias.
Entre ellas, asaltos a plena luz del día, incendios en sus instalaciones o golpizas hasta mandarlos al hospital en agonía.
Todos estos datos han salido de los mismos comerciantes, algo que muchos elementos en activo tanto de seguridad ciudadana, como de la Fiscalía, lo saben. Sin embargo, el dinero que reciben del crimen organizado, les hace guardar silencio.