México.-La exposición en el útero a un medicamento que se usa para prevenir el aborto espontáneo parece aumentar el riesgo de cáncer de la descendencia décadas más tarde, especialmente para los cánceres colorrectal y de próstata, según una investigación que se presentará los ENDO 2021, la reunión anual de la Sociedad Endocrina americana.
Algunos hijos adultos de mujeres que recibieron el fármaco caproato de hidroxiprogesterona (OHPC o 17-OHPC) durante el embarazo en las décadas de 1950 y 1960 ahora tienen más del doble de probabilidades de cáncer, explica la investigadora principal del estudio, Caitlin Murphy, profesora asistente en el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, en Estados Unidos.
La OHPC es una hormona progestágena sintética que se comercializó por primera vez a mediados de la década de 1950 (comercializado con diversas marcas) para tratar a las mujeres embarazadas con aborto espontáneo recurrente o con amenaza de aborto. Todavía está disponible en los Estados Unidos para mujeres embarazadas (bajo el nombre comercial de ‘Makena’) para prevenir el parto prematuro.
“Hay pruebas contundentes de que algunas hormonas sintéticas causan alteraciones endocrinas durante el desarrollo fetal temprano que pueden provocar cáncer más adelante en la vida de la descendencia”, señala Murphy.
Como ejemplo, cita el dietilestilbestrol (DES) estrógeno sintético que tomaron algunas mujeres embarazadas en la década de 1970 y que años después se descubrió que aumentaba el riesgo de ciertos cánceres en las hijas adultas de esas mujeres.
“Las tasas de algunos cánceres, como el cáncer colorrectal, están aumentando en adultos menores de 50 años, y nos preguntamos si la alteración endocrina en el útero pudo contribuir en parte a este aumento”, señala.
Murphy y sus colegas examinaron el efecto de la exposición a OHPC sobre el riesgo de cáncer entre los hijos adultos de madres que usaron OHPC durante el embarazo con ellos frente a los hijos cuyas madres no lo hicieron. Todas las madres participaron en los Estudios de Salud y Desarrollo Infantil, un grupo que recibió atención prenatal entre junio de 1959 y junio de 1967 en el Plan de Salud de la Fundación Kaiser. Los investigadores utilizaron el Registro de Cáncer de California para identificar los cánceres diagnosticados en los hijos adultos hasta 2018.
Entre más de 18.751 nacidos vivos, se hicieron 954 diagnósticos de cáncer en descendientes de entre 18 y 58 años, hallaron los investigadores. Un total de 181 mujeres recibieron OHPC durante el embarazo. A los niños que dieron a luz se les detectó cáncer en la edad adulta con más del doble de frecuencia que los niños no expuestos. La mayoría de estos cánceres (65 por ciento) ocurrieron en personas menores de 50 años, resalta Murphy.
Además, la descendencia expuesta a OHPC tenía una tasa casi cinco veces mayor de cánceres de colon y recto y casi cuatro veces la tasa de cáncer de próstata en comparación con la descendencia no expuesta, según Murphy, añade que la fuerza de esta asociación los sorprendió. Las tasas de cáncer de mama y de cuello uterino también se elevaron en la descendencia expuesta, pero no tan dramáticamente, apostilla.
“Nuestros hallazgos sugieren que múltiples sistemas de órganos son susceptibles a la alteración endocrina durante el desarrollo temprano, lo que puede aumentar el riesgo de cáncer décadas más tarde –advierte Murphy–. Se justifica la precaución al usar OHPC y otros productos farmacéuticos con actividad endocrina al comienzo del embarazo”.
La FDA propuso en octubre de 2020 que la OHPC se retirara del mercado porque los estudios posteriores a la comercialización no pudieron verificar los beneficios clínicos.