Venezuela.- Cuando las vacunas han permitido que el mundo comience a tomar aire, Venezuela contiene el aliento. Tras un año de convivencia con la covid-19, la mutación brasileña ha hecho que la gran ola de contagios llegue al país caribeño, con los ciudadanos asustados por la crisis propia y la posibilidad de colapso hospitalario.

Los centros médicos son los que más sufren la presión en un país que acumula 19.491 casos en marzo, de los 159.149 registrados desde el comienzo de la pandemia, algo que, según explicó a Efe el sindicalista del sector sanitario Mauro Zambrano, “se hubiese evitado si hubiese habido una inversión en materia de salud y una planificación”.