Feminismo y lucha armada / El caso Zaldívar

Por. Ah-Muán Iruegas

El feminismo ha sido, hasta muy recientemente, un movimiento pacífico. Hasta hace muy poco, no había mujeres protestando con herramientas en las manos, destruyendo lo que encuentran a su paso por las calles…

Sin embargo, es tal vez esta fuerza, la de las mujeres blandiendo sus martillos, la que primero será arrastrada a la lucha armada. Pues está predispuesta a la violencia.

A pesar de todo, lo importante no es esa fracción minúscula del feminismo. Lo importante, hoy, es que el grueso del feminismo pacífico se puede ver fácilmente arrastrado a la violencia, si los obradoristas persisten en su machismo y su militarismo.

Machismo y militarismo son dos políticas estructurales del obradorismo. No cesarán durante todo el sexenio. Por lo que puede preverse que las feministas van a enfrentar al gobierno. Y el feminismo podría enfrentar incluso al obradorismo “a largo plazo”.

La primera señal concreta, de que “el Mesías camina a la tiranía”, se dio cuando, en un artículo transitorio de la reforma judicial en marcha, se amplió el plazo de ejercicio del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

De concretarse la reforma con la previsible aprobación de la misma por la Cámara de Diputados, controlada por el obradorismo, la ampliación del periodo del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, como presidente de la Suprema Corte, será un punto de quiebre en el sexenio. Pues el autoritario presidente López Obrador, se ha descarado y ya da muestras de querer continuar en el poder, a toda costa.

La ampliación del plazo al titular de un poder –el Poder Judicial, que encabeza Zaldívar- es un antecedente claro e importante, incluso como precedente legal, para luego intentar la misma maniobra al ampliar el plazo, es decir la fecha de salida, al titular de otro poder– nada menos que el Poder Ejecutivo, es decir AMLO.

Por su parte, AMLO es un verdadero enemigo de las mujeres.

La represión y el ninguneo a las feministas, el principal movimiento opositor del país, ha sido constante en la insufrible conferencia matutina del señor presidente. Y el apoyo de la 4T al machismo, que AMLO también encarna, se vio de manera aún más clara en el respaldo casi suicida que el señor presidente dio al senador (¡) con licencia, Félix Salgado Macedonio, presunto violador de cinco víctimas, incluyendo a la reportera de un conocido periódico nacional.

El mundo civilizado, ya le está leyendo la cartilla al Mesías Tropical. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, luego de la maniobra de Zaldívar, emitió las esperables y consabidas admoniciones al gobierno mexicano.

El obradorismo ha circulado la ridícula teoría de que los “conservadores” planean un golpe de Estado. Pero no un verdadero golpe, sino un “golpe blando”. Esta visión caricaturesca de los golpes de Estado de verdad, ha sido sustentada por… el caricaturista El Fisgón.

Pero el que puede en realidad estar preparando un Golpe de Estado es López Obrador. Se va a robar el poder, por ejemplo si no le funciona el artilugio de cambiar su fecha de salida, si exageramos un poco… “casi hasta 2050”.

La izquierda golpista de López Obrador, prepara el golpe blando… pero en su propio beneficio y con maniobras legaloides, de modo análogo o inverso a lo que ocurrió en Brasil, contra Lula y Dilma Roussef.

La izquierda tradicionalmente no es golpista, al menos no en Latinoamérica. Es la derecha la que ha actuado así, casi siempre mediante golpes militares. Uno de los cuales, acaso el más suave, fue la salida del poder de Evo Morales en Bolivia, hace un par de años, a “sugerencia” de la milicia boliviana…

En cuanto al militarismo de AMLO, en México ni el PRI llegó a algo tan monstruoso. Y eso es mucho decir respecto al PRI, si consideramos por ejemplo a Díaz Ordaz, el monstruo de la casa… Ahora Obrador le va a ganar al PRI (pero en lo autoritario).

En realidad, el PRI logró previamente subordinar a los militares, al otorgarles un lugar en sus “sectores”. Y con ello el PRI logró, mediante sus maniobras, un país de civiles –aunque no necesariamente muy civilizado-.

Y ahora, el “neopriista” López Obrador, el orgullo nacional que le compuso un himno al PRI, nos viene a contar que es de izquierdas…

El militarismo y el machismo son políticas claramente de derecha, que sostiene sin piedad, ni pudor alguno, el presidente de la República. Se ha descarado AMLO como un hombre de derechas, que defiende los privilegios del macho…

Es por ello que en un análisis un tanto esquemático, el feminismo, un movimiento históricamente de izquierda (por ejemplo, la revolución rusa se desencadenó con una marcha por el día de la mujer), habrá de enfrentarse indefectiblemente al gobierno, un gobierno cada vez más de derechas.

 

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