Carlos J. Pérez García.
Me hicieron recordar que este país es eterno, aunque luego sufre demasiado. Las recientes elecciones y sus desenlaces casi inmediatos o sus derivaciones retardadas nos trajeron alegrías y esperanzas, al igual que tristezas, decepciones y desesperanzas… en función de lo que se anhelaba. Bueno, a nivel local se trataba más bien de aspiraciones personales que tienen validez, en tanto que en lo nacional se pensaba principalmente en la composición de la Cámara de Diputados con la idea de grandes proyectos políticos, en que hoy cada visión destaca o disimula unos y otros resultados.
Aquí se tenía la referencia del número actual de diputados de Morena y cuántos se podrían alcanzar. En los últimos 5 gobiernos de la República casi todos los partidos mayoritarios tuvieron una pérdida de curules en las elecciones intermedias de 1991, 1997, 2003, 2009 y 2015 con relación a las presidenciales 3 años antes (CSG, EZ, VF, FC y EPN). La excepción: el PRI de Carlos Salinas pasó de 260 a 320 (aumento de 60), mientras que en la inversa con AMLO va de 247 a unos 197 (menos 50). Caso único, aquél, de apoyo al llamado neoliberalismo privatizador. Y, sin torcer las encuestas, poco qué festejar para la 4T este 2021, respecto a una sociedad que pretende “transformar”.
Se observa una especie de disputa por modelos alternativos de nación: de un lado, un nacionalpopulismo estatista de mayor prioridad social, y, de otro, nuestro actual modelo capitalista de economía abierta y competitiva (calificado como neoliberal de participación privada), con la exigencia de abatir la corrupción en ambos casos. Se señala que Morena no se acercó a la mayoría calificada de dos tercios de la Cámara y apenas sostiene con sus aliados (PT y PVEM) la mayoría simple (la mitad más uno de los diputados), para aprobar el presupuesto. En cuanto a cambios electorales y constitucionales, el gobierno se tendría que acercar a partidos que critica y de los que se quiere diferenciar.
A su vez, en 2018 el candidato presidencial había ganado en 31 de las 32 entidades, y ahora en la votación federal el partido del presidente sólo venció en alrededor del 50% y no se vio bien en las grandes ciudades: Guadalajara, Monterrey, ciudad de México, León, San Luis Potosí, Chihuahua, Toluca, Aguascalientes, Cuernavaca, Mérida, Hermosillo, Puebla… En la capital del país, con su elevada participación electoral las clases medias y altas de la zona poniente le arrebataron varias alcaldías.
De las 15 gubernaturas en juego, el partido en el poder a nivel federal ganó 11 (algunas de éstas en forma extraña y cuestionada). De San Luis quedan dudas o temores que se tendrán que solventar y de lo cual ya podremos comentar… quizá con menos tristeza.
Es muy difícil que esta elección cambie las actitudes de un presidente tan obsesivo y tortuoso como el actual. Él simula felicidad y confianza aunque es obvio que no logró lo que necesitaba; tampoco los que daban por extinguida su 4T. En fin, estos días sigue con sus maniobras de división y confrontación pero tal vez no todo empeore aún más.
Miren, nuestra democracia tiene que ayudar a que se genere una mayor racionalidad con mejores condiciones de progreso.
* ES UN ECONOMISTA BRILLANTE, dijo Porfirio Muñoz Ledo por su nombramiento como Secretario de Hacienda y Crédito Público. Rogelio Ramírez de la O es, por sí mismo, una excelente noticia
para México y su situación económica internacional, si bien dependerá en buena medida de que lo respete y le haga cierto caso quien se ha caracterizado por su anti-Economía, al parecer con la idea de que el Estado debe repartir la riqueza incluso antes de generarla. Lo social es importante en grado sumo, pero requiere de una base económica a cuidar e impulsar con oportunidad.
El nuevo titular de Hacienda estudió en la UNAM (1968-74) y en la Universidad de Cambridge (1980-82), donde obtuvo su doctorado en el marco de figuras tan notables como John Keynes y Joan Robinson. Ha sido dueño y director de Ecanal, una exitosa empresa privada de investigación y análisis económico que asesora a compañías mexicanas y trasnacionales sobre tendencias de la economía; riesgos y oportunidades para proyectos, y pronósticos en apoyo a la planeación empresarial.
Aunque entiende mucho de política, nunca ha trabajado en el sector público. Eso sí, desde hace años se ha vinculado con AMLO precisamente en asuntos hacendarios.
@cpgarcieral
