Raúl Flores Martínez.
Dedo reconocer que no soy fan del Presidente Andrés Manuel López Obrador y de ningún Presidente en turno, los cuáles he criticado desde el nacimiento de este espacio, aquí podría aplicar la máxima de Peña Nieto “Ningún Chile me embona”; sin embargo, por primera vez estoy de acuerdo con el señor López.
¡Los Fifís no van a la cárcel! Esto es una verdad que nadie puede negar, una verdad que es una bofetada al Consejo de la Judicatura Federal y a las Fiscalías y Procuradurías del país, que siguen empeñados en primero presos y luego averiguamos.
En el país hay mas de 102 mil personas que están dentro de las 241 cárceles Federales, Estatales y municipales, de este número más del 40 por ciento, no tienen una sentencia; es decir, de cada 10 internos, 4 no tienen sentencia por diversos motivos.
Ahora con la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de no enviar a prisión preventiva a los manufactureros o aquellos que defraudan a las personas o empresas, es un golpe contra todas aquellas víctimas de delincuentes, qué sin escrúpulos, se roban los dineros de empresas o gobiernos.
Cómo periodista desde hace años, realizo notas de fraudes en el Periódico Excélsior e Imagen Tv, doy a conocer los nombres y los números de cuenta de los defraudadores, todo para una sola cosa, para nada, las autoridades cierran los ojos ante estos delitos.
Es decepcionante que el delito de fraude no es considerado graves y en un plazo de 3 a 5 años prescribe, un delito que ha dejado en la ruina a empresarios que ante la necesidad de no quebrar, toman la necesidad de recortar el personal que es arrojado a la calle con un futuro incierto y con la pena de no saber que pasara con el sustento de la familia.
Conozco el modo de operar de algunos defraudadores que establecen empresas con prestanombres, incluso de manera cínica ponen a sus padres, hermanos, esposas e hijos, sin importar que tengan 5 años como socios dueños o apoderados legales. Algunos han tenido el descaro de poner a sus empleados, ya sean domésticos o de la oficina.
Las empresas fantasmas pueden crear diversas cuentas bancarias de donde se transfieren los recursos en efectivo o a través de transacciones bancarias, el chiste es darles una gran vuelta, durante algún par de semanas para que regrese blanqueado; es decir, limpio para que no pueda ser rastreado.
Les pondré un ejemplo, de este año. Las autoridades Federales investigan una red de 324 empresas fachada que han sido utilizadas para el lavado de dinero a través de depósitos en efectivo y transacciones bancarias que encabeza empresarios que tenían ligas con el futbol mexicano, clínicas Laser Visión en México y algunos ex funcionarios inhabilitados por ser parte de diversos fraudes al erario público.
Estos sujetos en caso de ser detenidos podrán llevar su proceso en libertad para evadir la justicia y nunca pisar la cárcel, algo que no pasa con las personas de bajos recursos que se topan con la justicia ciega y selectiva al llegar al ministerio público, dónde se les pide los miles de pesos de lo contrario pasarán años en prisión.
Por primera vez estoy de acuerdo con el Presidente López Obrador, pero eso no significa que me agrade su torpe forma de gobernar, un gobierno que genera más y más detenidos que abarrotan las cárceles, porque a decir de los ministerios públicos y jueces, la justicia se hizo para los ricos.
