2022: La Quiniela

Carlos J. Pérez García.

La columna anterior recogió mis resultados con la Quiniela de predicciones que, en enero del 2021, había planteado para esos 12 meses. Emprendo ahora, por enésima ocasión, el mismo ejercicio este nuevo año.

Y ¿saben qué? Tanteen su suerte en una sugestiva serie de opciones múltiples, ya sea con fines de apuesta o diversión. Miren ustedes, sólo es cosa de decidirse por alguna de ellas, todas o ninguna.

Mis 9 selecciones —no las vean antes— están aquí al final y, aunque no les atine a muchas, nos podrán confirmar que a veces las descartadas traen más truco e interés que las escogidas. Tú, amable lector, lectora, dirás si te arriesgas en una jugosa “polla” (con intuición o conocimiento) y la guardas para checar luego cómo quedó. Igual puedes jugar contra ti mismo.

De entrada, eso sí, siempre hay incertidumbre, si bien hoy se siente más lo negativo. Pero, bueno, veamos.

1. ESTE 2022 a) TENDRÁ sólo 365 días; b) será el Año Chino del Tigre; c) se elegirá presidente en Brasil, Colombia y Francia; d) habrá elecciones en México para 6 gubernaturas.
2. A NIVEL GLOBAL VEREMOS que a) una guerra generalizada será improbable; b) China y Rusia no representarán desafíos importantes; c) todo se va a complicar en Estados Unidos sin afectarnos tanto.
3. EL 2022 NO SERÁ un año mejor que los anteriores este sexenio, al acumularse aún más los problemas de tal manera que a) el crecimiento mundial superará el de México y América Latina; b) la pandemia se prolongará más en donde lo político se ha puesto por encima de la ciencia; c) Joe Biden podrá seguir agotando su paciencia con AMLO y Trump; d) los migrantes crearán menos conflictos en América del Norte.
4. AL PRESIDENTE ACÁ a) le interesará más su popularidad que las tercas crisis de salud, seguridad, recesión, desempleo, inflación, pobreza; b) lo afectarán sus ideas fijas del pasado o de retroceso en vez de progreso; c) le serán de utilidad sus mañaneras para seguir negando lo evidente y mantener un sólido liderazgo entre sus partidarios; d) hasta el final le harán reír las acusaciones de “naco” e incapaz frente a su popularidad y una ratificación a modo.
5. EL PRINCIPAL RASGO DEL año será a) la continuación de mandato; b) los reiterados escándalos de corrupción; c) el naufragio casi total de la contrarreforma eléctrica; d) la compleja relación con Estados Unidos; e) la crítica situación económica y social.
6. EN LA ECONOMÍA MEXICANA a) los intentos de revivir la rectoría del Estado con recursos reducidos y políticas anti-economía van a incrementar el bienestar; b) la creciente inflación sin reactivación puede llevar a una ‘estanflación’; c) el nuevo TMEC será suficiente para compensar la caída general de la inversión; d) el Banco de México logrará consolidar su autonomía.
7. PARA SAN LUIS POTOSÍ es posible que a) se debiliten algunas vías de crecimiento y desarrollo; b) la economía del estado se deprima con las engañosas estrategias populacheras de la 4T; c) el gobernador siga generando pasmos y desengaños; d) surja un grado de inestabilidad que resulte difícil de manejar por diversas razones.
8. EL PREMIO NOBEL DE la Paz lo obtendrá a) la OMS; b) el Papa Francisco; c) el presidente Biden debido a sus esfuerzos de contención; d) el Canciller Ebrard por sus afanes en la ONU.
9. EN MARZO EL OSCAR a la mejor película será para a) Duna; b) ‘The Power of the Dog’ de Netflix; c) ‘West Side Story’ de Steven Spielberg.
10. ESTA QUINIELA PROBARÁ NUESTRAS a) aspiraciones; b) sospechas; c) incertidumbres.

Bien, mis selecciones son 1: todas; 2: a); 3: todas excepto la d); 4: todas; 5: e); 6: b); 7: todas; 8: ninguna; 9: b); 10: c).

Ya veremos, pues, qué sucede al avanzar el año… Como en anteriores ocasiones quisiera equivocarme en los puntos pesimistas. Y tu opinión, gentil lector, lectora, será muy apreciada.

Más que pronósticos, estas quinielas son sugerencias y, aunque puedan ser oportunas, no suelen alcanzar los efectos buscados. Es deplorable que, con o sin una transformación, el Estado mexicano continúe sus simulaciones en vez de abatir la corrupción e impunidad. Se pierden esperanzas.

En fin, ojalá este 2022 celebremos algo. Cada enero digo que no será un peor año si empezamos por mejorar nosotros. Pero, la verdad, ya lo dudo pues los buenos deseos no toman en cuenta la cruda realidad. Todo lo amable y positivo (¡Un Feliz Año Nuevo…!) no anula esas malas perspectivas.

Sin embargo ¿de qué sirven las esperanzas, si no intentamos materializarlas?

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