Y ahora… un militar ruso en Guerrero

Rubén Cortés.

 Un militar ruso entrena a policías comunitarias de Guerrero, donde una senadora de Morena tenía una cárcel privada y obligaba a los secuestrados a trabajos forzados, como en Camboya del Jemer Rojo.

 “Soy la comandante Nestora Salgado. A cambio de la libertad de su hija me tiene que entregar cinco mil pesos. Cuando me los entregue, le entrego a su hija”, dice en una grabación la hoy senadora (Expedientes DGAP/136/3013 y TAB/FRZA/018/2013).

 La senadora era jefa de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero. Bajo el argumento de que Olinalá pertenece al mapa de Usos y Costumbres de Pueblos Indígenas, hizo una cárcel y la nombre “El Paraíso”.

 En coincidencia, documentos del Ejército expuestos por Guacamaya Leaks indican que el militar ruso Bogdanov Rustam adiestra a las policías comunitarias de Guerrero, y que éste tiene vínculos con el narco.

 En correo del 24 de agosto de 2022, la Sedena informa que el grupo entrenado se llama Policía Comunitaria de Tlacotepec, del municipio de General Heliodoro Castillo, dirigido por Salvador Alanis Trujillo.

 El Ejército mexicano tiene identificada una relación entre el jefe de esa policía comunitaria con el Cártel de la Sierra, que controla aquel municipio, que es de las zonas de mayor producción de amapola del país.

 De esas policías comunitarias saltó Nestora Salgado a la senaduría plurinominal de Morena, con una historia real que Epigmenio Ibarra debería llevar a las pantallas, en sus populares series televisivas.

 A la vez que era la Comandante Nestora, la hoy senadora era ciudadana estadounidense. Secuestró a 39 pobladores en su cárcel “El Paraíso” y los obligaba a realizar trabajos forzados, hasta que le pagaran.

 Vigilados por guardias, dormían en el piso, defecaban en botes de plástico partidos por la mitad; cargaban piedras de las seis de la mañana a las siete de la noche y comían tres cucharadas de frijoles al día.

 Aparece en los expedientes policiales DGAP/136/3013 y TAB/FRZA/018/2013, que incluye la grabación de la voz de la entonces ciudadana de los Estados Unidos y jefa paramilitar en México:

 “Soy la comandante Nestora Salgado. A cambio de la libertad de su hija me tiene que entregar la cantidad de cinco mil pesos. Cuando me entregue esa cantidad, yo le entrego a su hija”.

 La Comandanta quedó libre por fallas en el debido proceso: pese a ser ella estadounidense, al detenerla las autoridades mexicanas incumplieron la ley al no notificar su arresto al consulado de Estados Unidos.

 Tuvo la Comandanta en el gobierno de Peña la suerte que no tuvo en el actual Rosario Robles, quien pasó tres años presa, aun cuando el MP le fabricó una licencia de conducir falsa, y sin haber cometido delito.

 Usos y costumbres de cada quien.

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