Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Con la rebelión del comando mercenario Wagner el mundo pudo por unas horas, conmocionarse y recoger solamente la especulación de un revés contra Putin, en el contexto de la guerra de Rusia contra el mundo occidental. Casi nadie reparó que este evento tiene mas profundidad, y surge como un nuevo modelo de violencia, que pretende diseminarse, para restarles legitimidad a los ejércitos nacionales, piezas insustituibles de la estructuración de los estados-nación, surgidos a partir de la modernidad desde el siglo XVI y plenamente pilares de la doctrina militar de nuestros días.
Nicolás Maquiavelo ya había disertado sobre la necesidad indispensable de que los estados contaran con su propio ejército. En su tiempo, y excluyendo los ejércitos imperiales, que obedecen a otras formas políticas, los estados italianos como muchas entidades similares, eran defendidas por mercenarios profesionales; los condotieros, unos famosos como Bartolomé Conelliani, que forzó a la República de Venecia, para que colocara su estatua en San Marcos, que finalmente fue colocada en la plaza del Hospital de San Marcos y no en la plaza principal de La Serenísima; y otros que surgieron de ese formato de defensa, como en Milán, los Sforza, incluso los progenitores de Cosme de Médici en la Toscana, sufrieron transformaciones o desaparecieron como figuras recurrentes del poder público, cuando las maquinarias militares de los estados los superaron tecnológicamente. De ahí el declive de los mercenarios que estuvieron en la cúspide de la violencia social al finalizar la edad media.
El asunto es que los esquemas de los soldados de la fortuna, como también se llama a los mercenarios, ahora vuelven, con bríos renovados como lo demuestra el calambre que le propinó al jefe ruso Putin, el comandante de PMK Wagner: Yevgeny Prigozhin (también conocido como el cocinero de Putin), pronunciándose y llamando a una rebelión, que las fuerzas regulares rusas se negaron a combatir; en un episodio insólito en el que tuvo que mediar el presidente de Bielorusia, Alexandr Lukashenko, aliado incondicional de Rusia.
Aunque Rusia a través incluso de Putin han minimizado el hecho, de suyo es grave, que una fuerza que ha participado ilegalmente al lado de las tropas rusas en Ucrania, y con anterioridad en operaciones en África y en Siria, en evidente consonanacia de la política de Putin, porque se ostenta como una empresa privada que no cubre el perfil de combatientes para sus efectivos, como se estipula en la Convención de Ginebra de 1949, ahora se rebele y tenga las simpatías de una parte del ejército ruso que tal vez, se mostraron confundidos, por el hecho que este comando privado, lucha en la misma estrategia global que los rusos.
PMK Wagner, toma el nombre del apodo del líder comunista en Ucrania Dimitry Utkin “Wagner” en 2013; pero realmente es en el 2014 cuando Prigozhin, quien se dice su fundador, participa en hostilidades en ese año, al lado de Rusia en la zona Este de Ucrania.
Lo que define a los Wagner como mercenarios y los ubica al márgen de las leyes es su conformación de empresa, su participación mediante un contrato como si fueran unos simples prestadores de servicios, y que reciben sus miembros una mayor percepción que las tropas regulares.
Lo que se discute en su favor por lo que niegan la definición de mercenarios, es que está formado por una mayoría de sujetos nacidos en la Federación Rusa, aunque en Wagner participan también, soldados de la fortuna de otras nacionalidades: Turquía, Serbia, República Checa, Hungría , Alemania, Moldavia, incluso de Canadá. Sean mercenarios o no, en su plena definición, el hecho innegable es que es un ejército privado. Un ejército particular que puso en jaque a un poderoso ejército legal como es el ruso; y no solo eso, intentó una mayor escalada en los terrenos del poder militar y político de Rusia.
Muchos se sorprenden de estas fuerzas mercenarias y se olvidan que en operaciones clandestinas o en aquéllas que se quiere evitar complicaciones en el derecho internacional, los mercenarios son eficaces, ha habido mercenarios en Vietnam en ambos lados, en la Guerra Civil española y simplemente en México, en 1847 el ejército de marines de Winfield Scott, traía al Batallón de San Patricio formado por mercenarios irlandeses, quienes al mando de John Riley Fitzpatrick ex teniente del ejército de EUA, se le voltearon a los estadounidenses y se integraron con el ejército mexicano. Los mercenarios y algo que se le parezca, sugen en las guerras injustas sobre todo, donde los nacionales de la tropa regular no se sienten moralmente seguros de las acciones que les mandan ejecutar.
Y en este contexto de nuevas estrategias de la violencia social, México aparece con rumbo firme a su vocación de no preever crisis. Por una parte, porque Estados Unidos considera cada vez más al fentanilo como un similar de arma química. Y por otra parte, por mantener mediante los cárteles una relación comercial abierta en ese tema, con cuatro de las empresas chinas, que por supuesto no son ajenas del esquema totalitario del gobierno chino, y que por primera vez junto con ocho ejecutivos de las mismas, fueron acusados el día 23 de junio de parte de Merrick Garland Secretario de Justicia del gobierno de EUA, de representar una amenaza a la seguridad nacional de EUA por sus operaciones en el tráfico del flagelo.
Garland señaló a cuatro empresas en Wu-Han: Hubei Amarvel Biotech, Anhui Rencheng Technology, Anui Moker New y Hefei GSK Trade Co. Productores de los materiales para que en México y en EUA, se desarrollen conocimientos y se produzca el dañino fentanilo al que se le atribuyen junto con otras drogas, docientos decesos diarios. La potencialidad del daño de los precursores de 200 kg. traficados por una sola de esas empresas, equivale transformado el producto en fentanilo, a producir las dosis suficientes para matar a 25 millones de personas que serían el equivalente de la población del estado de Nueva York, o de la Ciudad de México y el Edomex, de acuerdo con el embajador Ken Salazar.
Los funcionarios se refirieron concretamente a los Cárteles de Sinaloa, y Jalisco Nueva Generación como los objetivos de las autoridades estadounidenses. El hecho es que ambas estructuras ya no puede decirse que son bandas diseminadas en diversos territorios, como anteriormente acontecía. No, ahora también como moda internacional; esas organizaciones realmente, tienen ejércitos privados como lo han demostrado en despliegues de poder y como se reporta por parte de los medios, cotidianamente dan cuenta de estrategias militares y dominio de materiales, minas y armamento de alto poder, que identifican una fuerza que alterca con el estado, que por cierto, tiene al ejército mexicano en condiciones de movilidad restringida.
La respuesta a los ejércitos particulares y a las amenazas globales la dio cuerpo el mismo 23 de junio, el Secretario de Estado, Antony Blinken -el jefe del departamentito lleno de conservadores, como lo dijo socarronamente Amlo- al invitar a los países de la OEA en la Asamblea número 53, a que se sumen a una nueva Coalición Global liderada por Washington, en contra del tráfico de fentanilo, “un opioide fabricado en México con precursores provenientes de Asia” así lo dijo, con el fin de presentar un frente a esta amenaza e inaugurar el 7 de julio, en la ONU con la presencia de los ministros de todo el mundo, la fundación de la coalición internacional contra de los opioides, para que en la 78 Asamblea general de la ONU se compartan políticas y avances…
Obviamente las notas al calce señalan que tanto México como China, niegan que produzcan la droga. Los diplomáticos chinos, acusan a EUA de tener una mano muy larga….
Y yo pregunto: ¿las corcholatas y los del frente amplio opositor saben a que le tiran aparte de hacerle al ensarapado? ¿saben como viene el boleto? ¿O van a salir con la babosada que es grilla electoral?
Creo, que ni idea tienen…
Porque también los republicanos Trump y de Santis tienen como proyecto militarizar la frontera.
