Raúl Flores Martínez.
Los ataques del crimen organizado contra las fuerzas del orden o Fuerzas Armadas no son más que ataques terroristas por el uso de armas de última generación y explosivos; sin embargo, al Gobierno de la Cuarta Transformación le da pánico utilizar la palabra “terrorista”.
No sé sabe todavía, el miedo a utilizar la frase de ataques terroristas, quizá por la ignorancia de algunos funcionarios que no tienen una carrera policial y solo son designados por compadrazgos o favores a pagar por ser unos lamesuelas profesionales.
Tomando en cuenta, las palabras de experto en seguridad Facundo Rosas, quien trabajo en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), además de ser el director general de terrorismo de la Policía Federal Preventiva, “un acto terrorista no sucede al azar, todo tiene una lógica y aunque estos actos regresaron a México después de muchos años para provocar miedo y zozobra, se diferencian de los que suceden en otros países porque su objetivo principal no es dañar a la población civil sino a sus adversarios directos”.
Esto también se aplica con los grupos delincuenciales que con frecuencia se disputan los mercados ilícitos y territorios por medio de enfrentamientos en las calles a plena luz del día o en las carreteras, dónde secuestran tractocamiones y autobuses de pasajeros que son incendiados para frenar el avance de las fuerzas del orden.
Algo que debe de llamar la atención, es que a pesar de que los hechos violentos que genera el crimen organizado en las últimas décadas en México solo unos 50 procesos judiciales que deben de ser tipificados, como terrorismo, son tomados en cuenta por los jueces como delincuencia organizada por lo que alcanzan penas de 10 años en adelante.
A pesar de que las autoridades del Gobierno Federal, se nieguen a llamar las cosas por su nombre, es una realidad que por razones estratégicas y jurídicas, las detenciones de líderes de grupos criminales han desencadenado actos terroristas en el país.
Un ejemplo claro de los actos terroristas del crimen organizado se dio durante tres días seguidos (25,26 y 27 octubre) tras el paso del huracán Otis con el robo de tiendas departamentales o de conveniencia, así como en la cadena de suministro y todos los elementos que participan en ella, incluyendo la movilización de la mercancía.
Así se tipifica el terrorismo en México; sin embargo a jueces y ministerios públicos, sobre todo a las autoridades les da miedo la palabra “terrorismo”, algo que aplican diariamente el crimen organizado qué ya rebaso a algunas autoridades en el país.
