Raúl Flores Martínez.
El delito de la extorsión ya es algo muy común en algunos estados del país, más en aquellos dónde están establecidas desde hace años las organizaciones criminales, y no es la excepción el Puerto de Acapulco que tras el huracán Otis nuevamente sigue haciendo de las suyas.
En las redes sociales circulan los audios sobre el esquema de extorsión que sufren los transportistas que también debemos ser honesto, se querían cobrar con las perlas de la virgen durante la tragedia que dejó Otis en la zona, pasaje que incrementaron hasta en un 200 por ciento.
Ahora las células de la organización criminal de “Los Rusos”, han comenzado a cobrar nuevamente el derecho de piso para que los transportistas públicos puedan circular libremente sin ser molestados, de lo contrario es muerte segura o camioneta quemada.
Uno puede preguntar ¿Y las autoridades? Pues una pregunta que hasta el momento nadie puede contestar, debido a que se incrementó el número de efectivos de las Fuerzas Armadas, incluyendo la Guardia Nacional, eso no ha impedido que los delincuentes sigan jodiendo a los acapulqueños.
En la última semana el caos en el transporte ha obligado a la Guardia Nacional y policía estatal a convertir sus unidades en transporte público con paradas en cada esquina, algo que es un arma de doble filo, por una parte, enaltece la ayuda a la población, por otra no los dejan hacer sus tareas de seguridad.
Quién conoce Acapulco, sabe qué muchos de los delincuentes de las células de “Los Rusos” viven en la colonia Luis Donaldo Colosio, todos en la zona los conocen, saben sus domicilios, incluso saben quiénes son las esposas, novias, amantes, etc.
Entonces, porque las autoridades nunca han dado con ellos, porqué nunca han hecho un operativo conjunto para detener a los sicarios e incluso a uno de los líderes de “Los Rusos” que viven en la colonia ya mencionada, ese líder que amenazó a los raterillos de la zona de “evitar robar las tiendas de la colonia después del huracán Otis, si lo hacían se los chingaba”.
Lo qué pasa en Acapulco con lo del transporte público, solo es parte de lo que se ha dejado hacer en cuestión de seguridad, es lo que dejan los abrazos y no balazos en el país, solo es el reflejo de la impunidad.
