Francisco Garfias.
Vaya que les ardió a los mandones del oficialismo y sus jilgueros la crítica al populismo y a la estrategia de “abrazos no balazos”, o más bien “abrazos a los que dan balazos,” que hizo la diputada española del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo.
Los acólitos del pontífice ya hasta quieren que a la mujer se le aplique el artículo 33 de la Constitución: expulsión de México por inmiscuirse en asuntos políticos del país.
Basta dar un paseo por las redes sociales para darnos cuenta del tamaño de su molestia e indignación por las palabras de Cayetana.
Indignación que, por cierto, no aparece frente a las masacres que comete el crimen organizado y de las que, a siete meses de que se vaya AMLO, siguen culpando al “pasado neoliberal”.
Ayer mismo circuló en redes un video de lo que es en México el pan nuestro de cada día:
Una brutal golpiza -cachetadas y tablazos- que criminales le propinaron a indefensos choferes de transporte público en Acapulco, por no reportarse con ellos.
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AMLO llevó el tema de Cayetana a la mañanera. Dijo que la diputada española vino a hablar mal de él. Aunque aseguró que esa crítica es un “timbre de orgullo” porque esta joven es de ”la derecha de Iberdrola”.
Su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum dijo en redes: ““Hace poco oí a una diputada de España que decía que México estaba terrible, que iba a ir al autoritarismo.”
Y preguntó a su auditorio de fans: “¿Ustedes le creen eso?” Sus fans respondieron en automático: ”¡Nooo”
Pero yo respondo desde aquí: “Siií.”
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La diputada española habló en el evento llamado “Feria de las Ideas”, al que asistieron numerosos jóvenes que la escucharon atentamente. Sólo la interrumpieron para aplaudir. Su elocuencia me llevó a transcribir algunos párrafos:
Cayetana definió al populista: “Es el presunto político que niega a los ciudadanos su condición de adultos para asumir él, o ella, la condición padre perpetuo. Bueno, más que de padre, de padrino a lo Vito Corleone (El Padrino)“.
Dijo también que “la política se ha convertido en un “plató” (set) de televisión en el que proliferan los payasos, los peleles, los patanes y los pendencieros.
“No hace falta que cite nombres, todos sabemos quiénes son. No andan lejos de aquí”, remató.
De “las mañaneras” del presidente López Obrador dijo: “señala directamente a periodistas, empresarios y rivales políticos, en las que juega perversa y peligrosamente al divide o vencerás.
“Es fácil detectar a un populista. Su fin es el poder absoluto. Su medio, la polarización”, subrayó.
¿Le suena?
Y pidió a los jóvenes:
“Defiendan la democracia, conviértanse en auténticos militantes la democracia mexicana. Las encuestas en todo mundo son preocupantes. Muchos jóvenes empiezan a desvincularse afectivamente de la democracia y sus instituciones…
“Los burros de Troya de la democracia cabalgan a bordo de la ignorancia y la polarización. Se disfrazan de demócratas para derribar la democracia desde el interior. Convocan a la democracia, sí, pero luego la amañan por detrás, compran de votos y esas cosas.
“Aceptan que exista algo llamado oposición, algo llamado Poder Legislativo, algo llamado Poder Judicial, pero luego los maniatan, los someten y los ocupan.”
¿Y no es cierto?
Y la parte que más molestó al oficialismo:
“México, este país formidable, esta nación admirable, esta potencia económica y cultural impresionante, está siendo tomado por el crimen organizado con la complacencia de quienes debieran defenderlo, abrazos no balazos.
“O más bien abrazos a los que dan balazos.”
“El slogan es bonito, pero el resultado es catastrófico para la democracia y sobre todo para los jóvenes.”
Terminó con la siguiente advertencia: “Cuando un gobierno menosprecia la ley, cuando decide acunar amablemente la delincuencia, cuando traslada la falacia de que las cárceles son bastiones de una cultura autoritaria y represiva.
“Cuando permite a los criminales dejarlos libres y en algunos casos pacta con ellos, el crimen avanza, prospera, se adueña de las elecciones y se convierte en un atajo a lo jóvenes extraviados.”
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El Compromiso por la Paz, promovido por la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, fue firmado por los tres candidatos (as) presidenciales: Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez.
Pero solo Sheinbaum planteó algunos desacuerdos:
–No comparte la evaluación pesimista del momento actual que se presenta en el capítulo uno del tema social: Nuestra casa común y el tejido social están en un proceso de descomposición acelerada.
–Tampoco coincide con la visión de que prevalecen el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre.
–No coincide que no haya datos confiables en el Sistema Nacional de Seguridad, ni que se esté militarizando el país.
¿Pues dónde vive?
FIN.
