El periodista que le ganó una batalla legal a AMLO

Francisco Garfias

Francisco Garfias.

Raymundo Riva Palacio es el único periodista que le ha ganado un litigio legal al presidente de la República, quien lleva más un lustro con insultos, calumnias y descalificaciones a columnistas, entre ellos a él, y  intelectuales críticos. 

López Obrador ha dado a conocer información personal de algunos comunicadores que está protegida por la Ley. Pero ya se la sabe: que no le vengan con el cuento de que la Ley es la Ley.

Raymundo dice que el pleito legal inició en junio del 2021, cuando en la mañanera arrancó la sección “Quien es Quien en las Mentiras”, a cargo de la señora Elizabeth García Vilchis. 

Fue, pues, un recorrido largo. Nos cuenta que la primera vez que interpuso el recurso de amparo, lo presentó un viernes a las cinco de la tarde, y el lunes a las 9 AM ya se lo habían desechado. 

Apeló. Se fue al tribunal colegiado. Este le dijo al juez que tenía que revisar la sentencia. 

El juez cambió el dictamen eliminando lo de la mañanera porque, alegó, no es parte del gobierno; pero volvió a desechar el amparo con el argumento de que no le afectaba al periodista.

Volvió a apelar. Esta vez le cayó a otro juez. Raymundo compareció ante él. Expuso su queja. El juez le dijo “estoy totalmente de acuerdo.”

Pero en corto le confió sus temores: “jueces que han hecho dictámenes que no le gustan al gobierno, están sujetos a proceso.”   

El dictamen le dio la razón al periodista, pero dijo que no era competencia de ese tribunal, sino del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

No se dio por vencido. Habló con el entonces ministro Arturo Zaldívar, para que la Corte atrajera su caso. “¿Por qué quieres que lo atraiga la Corte?” Le preguntó. 

“Para nada en específico. Me gustaría que la Corte debatiera públicamente si presidente tiene derecho a insultar, difamar, mentir, no solo a lo periodistas, sino a cualquier persona. Yo asumo que no”, respondió el periodista.

Y añadió: “si la Corte dice que está bien, me ajusto”.

Meses después se tomo un café con otro integrante de la SCJN. Nos dio el nombre pero pidió mantenerlo en el anonimato. “La Corte no lo va a atraer, si lo haces es muy alta la posibilidad de que ganes”, le dijo el ministro.

“¿Y ahora qué hacemos?” Preguntó Raymundo a su abogado. “Vamos a meterla en el otro tribunal”.

Lo hicieron y ganó. Al final prevaleció el “principio de proporcionalidad” de la CIDH, según el cual, la palabra del presidente no es igual al del resto de los mexicanos.

Ahora el que apeló es el presidente de la República, cuando el 12 de febrero pasado dijo que no lo haría. Pero ya lo conocemos.

***

Los señalamientos de la oposición sobre la violencia desbordada que azota a México obligó a los senadores de Morena a romper el silencio cómplice que ha mantenido en lo que va del sexenio.

Pero ayer no les quedó otra que entrarle al debate para no quedar mal con un presidente que, a pesar de las evidencias, sostiene que México es “un país seguro”, y una candidata a sucederlo que cree el país está “mejor que nunca.”

Bastó que la senadora del PAN, Gina Andrea Cruz Blackledge, alertara sobre la posibilidad de que el crimen organizado imponga candidatos y autoridades en las regiones que controla.

Pero también que pidiera un minuto de silencio por las 24 personas vinculadas con el proceso electoral que han sido asesinadas (cifra extraoficial), para que los demonios de desataran.

La senadora de Morena, Lucía Trasviña, subió a esa alta tribuna de la Nación y en un lenguaje propio de una cantina, replicó a los opositores:    

“No se hagan pendejos. No quieran engañar al pueblo de México. Ustedes son cómplices del crimen organizado y es lo que les dejó de herencia García Luna. 

“Mientras él está preso en Nueva York, ustedes le están operando, cabrones, y por lana.

“No quieran enturbiar el proceso electoral con lodo. El fango donde ustedes se revuelcan no se va a mover, porque el proceso va limpio, vamos a ganar y los vamos a derrotar porque son unos asquerosos”.

Dos turnos después subió a la tribuna la senadora del PAN, Lilly Téllez. No necesitó palabrotas para enfadar a los morenos. 

Dijo: 

“180 mil muertos de AMLO no le parece una cifra pesimista a la candidata Claudia Sheinbaum; 180 mil muertos no le parecen algo que deba llevar al  pesimismo.   

“Hay que ser una sinvergüenza para  decir que con 180  mil muertos no alcanza para ser pesimista.”

Téllez remató: “A ustedes de Morena no les va a alcanzar la vida para justificar que AMLO corrió presto y solicito a ponerse a las órdenes de la madre de uno de lo capos que más ha ensangrentado al mundo.”        

En esa misma sesión, Giovanna Bañuelos, coordinadora de la bancada del PT, solicitó la renuncia del secretario general de gobierno de Zacatecas, Rodrigo Reyes; y del secretario de Seguridad Pública del Estado, General Arturo Medina Sandoval. 

¿Motivo?  La brutalidad empleada en contra de mujeres que celebraban el 8M en la capital del Estado.

La senadora del PRI, Claudia Anaya, respaldó la petición de la petista. Aseguró que en esa manifestación de mujeres no sólo se usaron substancias químicas, sino que para disolverla se utilizó la célula especializada en el combate al crimen organizado. 

FIN.

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