Ciudad de México.- No debe extrañarnos el hecho, porque era fácil de pronosticar. Mañana, domingo 17 de marzo, inicia la segunda temporada del exitoso programa de música, poesía y entrevistas intitulado Ven acá. Se trata de una coproducción de dos medios públicos: el Canal Once, dirigido por el joven y talentoso Carlos Brito, y el Canal 22, dirigido por el experimentado musicólogo y siempre fraterno Pável Granados. Detrás de ambos se deja sentir la voz y el carisma del cronista chocarrero Carlos Monsiváis (con todo y gatos), mi “cuate” y vecino por muchas décadas, allá por los rumbos de Portales.
En el centro del escenario, a manera de frontwoman, la extraordinaria intérprete Eugenia León; sin duda, una de las principales figuras vivas de la Nueva Canción (o Nueva Trova) Latinoamericana. Sí, Eugenia León es una leyenda viva que, para fortuna de todos, sigue moviendo las sensibilidades heridas y esperanzadas de muchas generaciones. ¡Gracias, querida Eugenia!
El miércoles 13 de marzo, en las instalaciones capitalinas del Canal Once, se presentó oficialmente la segunda temporada del programa Ven acá. Todos la esperábamos, porque resulta más que evidente que se trata de un programa musical-cultural de primer nivel. De nuevo nos ofrecerán 13 episodios de variada cultura sonora, con pausas para la charla, la remembranza, la anécdota y la poesía.
La segunda temporada de Ven acá abre mucho el espectro artístico. Gozaremos de los sones y huapangos de don Guillermo Vélazquez, compositor, cantante y líder de Los Leones de la Sierra de Xichú, lo mismo que del rock veterano y aguardentoso del maestro Javier Bátiz. El rock barrial de El Haragán y Compañía sonará duro y “chido” al lado de la voz pop y portentosa de María José, la “amante” que todo México desea. Y, tras escuchar las canciones de salón de la Sonora Santanera, quedaremos encerrados nostálgicamente en un antro ochentero-noventero bajo el hechizo de ese fenómeno discográfico llamado Rock en tu idioma (con sus precuelas y secuelas): Rostros Ocultos, Neón, Bon y los Enemigos del Silencio, La Lupita, Hot Dog, Fobia y Los Caifanes…
Y por supuesto que habrá tiempo para que Eugenia León recuerde, junto a todos nosotros y para todos nosotros, sus inicios, sus orígenes, interpretando “viejas canciones del canto nuevo” evocando a figuras consagradas como Óscar Chávez (su mentor en muchos sentidos), Amparo Ochoa y Los Folkloristas.
¿De veras quieren más, mis queridos amigos? Eso esperamos, porque ya les estamos solicitando a Carlos Brito y a Pável Granados la tercera temporada de Ven acá… ¡programa exitoso y chingón de la televisión pública de México!
Pero hay algo que debemos decir, hoy más que nunca. Todo esto gira en torno a una figura clave: la extraordinaria Eugenia León. Y vale la pena decirlo porque, dada su innegable y legítima cercanía al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, mucha gente descalifica la trayectoria artística de Eugenia. Y no, mis amigos, debemos ser maduros, sensatos y civilizados; debemos aprender a distinguir entre la artista y la militante.
Son tiempos en los que debemos aprender a valorar a Eugenia León por su larga y dura trayectoria en la música mexicana.
Hoy, claro que Eugenia León es una exitosa artista consagrada; pero no debemos olvidar, sobre todo quienes la conocemos desde hace décadas, desde sus orígenes, que llegar a la cúspide le llevó muchos años de desierto, de sed, de soledad y de marginación.
Yo tuve el enorme placer de conocer a Eugenia León cuando era integrante del grupo Sanampay, al lado de Lupita Pineda y Carlos “Caíto” Díaz. Eran tiempos duros para el “canto de protesta” (así se les clasificaba). Mucha represión para cualquiera manifestación artística en contra del PRI-gobierno, de las dictaduras latinoamericanas, del imperialismo yanqui y del emporio Televisa.
Me consta, porque lo viví, que Eugenia León y su generación “aguantaron vara”. Cantaron y cantaron en las peores condiciones políticas y técnicas posibles… ¡y nunca se rajaron! Todo un ejemplo de resistencia.
Y si hay algo que recuerdo muy bien fue el debate, a finales de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, entre quienes aprobaban que la “música de protesta” debía aceptar aparecer en cualquier espacio mediático, incluida la “endemoniada” Televisa, y quienes consideraban que aparecer en los medios comerciales equivalía a una “traición a la causa”.
Yo fui testigo de cómo muchos “fanáticos izquierdosos” reprobaron ácidamente la participación de mi querida Eugenia León en el Festival OTI de 1985, con una canción de mi estimado y finado amigo Marcial Alejandro: El fandango aquí. “Vendida”, “traidora”, “imperialista”, “comercial”, “superficial”, “burguesa”, fue lo menos que le dijeron a mi querida Eugenia León en esos tiempos.
El debate estaba abierto y yo, siendo sólo un pinche escuincle caguengue cercano al CREA, al Frente Juvenil Revolucionario del PRI, a la Preparatoria Popular Tacuba y a distintas Comunidades Eclesiales de Base, me pronuncié a favor de utilizar pragmáticamente todos los espacios mediáticos que se nos abrieran… ¡incluida la entonces “endemoniada Televisa”!
Obvio, eso se tradujo como un espaldarazo directo y sin reticencias a Eugenia León, a Guadalupe Pineda, a Marcial Alejandro, a Julio Alemán, a Ricardo Rocha, a Óscar Chavez, a Verónica Castro (quien será madrina de la segunda temporada de Ven acá), a Paco Stanley… ¡y muchas décadas después nos damos cuenta de que tuvimos la razón!
Por ello, cada vez que me reencuentro con mi querida Eugenia León y recordamos esas anécdotas, siempre terminamos fundidos en un abrazo amoroso y fraterno, como el que recientemente nos dimos en las instalaciones del Canal Once tras la presentación de la segunda temporada de Ven acá.
¿Qué más puedo decirles, mis amigos? Pues nada: que reconozcan la trayectoria de nuestra querida y talentosa Eugenia León y que disfruten de la segunda temporada de Ven acá, que se estrena mañana, domingo 17 de marzo de 2024.
¡Eugenia León… te amo! ¡Gracias por todo!
“Una de las causas es que está el fandango aquí”… te recuerdo mucho, mi querido amigo Marcial Alejandro. ¡Salud, mi querido hermano! ¡Todavía me queda hígado para brindar por nuestras causas… jajajajaja!
Por Carlos Arturo Baños Lemoine / Editor en Jefe de El Arsenal. Diario Digital