Raúl Flores Martínez.
Qué les mueve a los políticos, además del dinero querer alcanzar los puestos de elección popular, acaso el poder de ver a miles de ciudadanos bajo su mandato, el desvió de recursos a sus bolsillos, la extraña enfermedad del poder.
Uno de los casos más claros es el de la ex secretaria de Energía Rocío Nahle, quién en dos ocasiones se ha confrontado con los ciudadanos de Veracruz, muchos dirán que fue algo preparado; sin embargo, eso queda descartado.
Esto también incluye al colectivo feminista de más influencia del país, “Las Brujas del Mar”, quienes se desmarcaron de inmediato de la ex funcionaria federal, quién planea para este martes hacer una movilización acusando de violencia política a todos aquellos que la han cuestionado o preguntado que aclare su situación con sus predios y casas en fraccionamientos de gran plusvalía.
Ahora pedir cuentas a funcionarios con grandes y comprobadas acciones de corrupción y enriquecimiento inexplicable en este gobierno de la Cuarta Transformación, es algo llamado violencia política de género, exigir cuentas y sobre todo que se aclare el funcionamiento de las empresas establecidas legalmente, también se han localizado algunas factureras qué utiliza el crimen organizado para la triangulación de los dineros con la finalidad de realizar el lavado de los recursos públicos.
Los testaferros de las empresas por parte de Rocío Nahle son: Arturo y Enrique Quintanilla Hayek, Arturo Quintanilla Chavira, José o Josué y Jaime Quintanilla Ayache y Jorge Callejas Hayek, Víctor Manuel Carranza, Esmeralda Mora Zamudio, Jesús Martínez Monroy, Luis Mario Badillo García, Juan Carlos Fong Cortés, Daniel Flores Nava y Arturo Nahle Pascual, Manuel Santandreu Hernández, Juan Víctor Manuel Falcón Morales, Juan Armando Jiménez Magaña, Daniel Antonio Zurita Vélez y Juan Ulises Castillo Castillo.
Por parte de José Luis Peña Peña son: Maribel, Lucía y Aída Peña Peña, Maribel Hoyos Peña, Ruth Peña Alvarado, Ariel Lara Boussart y Jesús Hernández García.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Economía, la mayoría de las empresas ligadas a la familia de Rocío Nahle y José Luis Peña tienen domicilios fiscales en casas particulares, locales de plazas comerciales y pequeños negocios de colonias populares de Veracruz y Tabasco con teléfonos inexistentes, lo que revela que son empresas factureras para el desvió o la triangulación de activos.
Ahora qué sigue cuando la ex secretaría de Energía, ya se ha dado cuenta que no es querida en Veracruz, quizá sus sueños de seguir ordeñando el presupuesto lleguen a su final o quizá siga por la eternidad, eso depende de los veracruzanos.
