¡La migración bomba de tiempo en la CDMX!

Raúl Flores Martínez.

En los últimos días he visto algunas reacciones sobre lo que he escrito en este espacio en torno a la migración que se está viviendo en la ciudad de México, en algunos casos me han calificado de falta de ética y sobre todo de inhumano al señalar que la migración extranjera no tiene control en el país, lo que está generando roces con los vecinos de algunas colonias o poblaciones.

Inhumano y falta de ética, es el calificativo que me han puesto, sobre todo algunos compañeros periodistas que nunca han salido de su burbuja de protección que es su fuente gubernamental; es decir, no salen de sus conferencias diarias del funcionario en turno o de su comunicado de prensa.

Al igual que algunos defensores de derechos humanos y periodistas de boletín, les hace vivir la realidad cotidiana de las calles; el conflicto entre vecinos de las alcaldías Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tláhuac, es un problema social que se debe de frenar de lo contrario incrementará conforme pasen los días.

Un ejemplo básico para los críticos de su servidor y qué los invito a qué estén cinco horas bajo el olor nauseabundo de orines y excremento en la calle de Adelina Patti esquina con Clave en la colonia Vallejo, qué permanezcan ahí para ver si cambian su manera de ver la vida desde la comodidad del celular.

Pocos saben que la ciudad de México con sus 22 millones de ciudadanos, está considerada como una ciudad santuario para migrantes desde 2017; es decir, ninguna autoridad puede detener a migrantes en tránsito a la frontera con Estados Unidos dentro de sus mil 485 kilómetros cuadrados.

Del 2022 a la fecha, la capital del país ha visto un incremento en el número de personas en movilidad de diversas nacionalidades, perfiles y condiciones; los últimos dos años Haití y Venezuela han sido la nacionalidad número uno en llegadas. 

 Las alcaldías Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Tláhuac y Venustiano Carranza, concentran el mayor número de población migrante en sus calles, lo que ha traído consigo el descontento de cientos de vecinos.

 El señalar una problemática en la capital del país, no es ser inhumano, sobre todo cuando se toca el tema de la migración extranjera; sino va más allá del conflicto que puede desencadenar golpes y muertes, ya pasó en la plaza Giordano Bruno, donde dos mujeres golpearon salvajemente con un bat a un chico de nacionalidad haitiana quien merodeaba por su vivienda.

 Esto es lo que se quiere evitar, pero tal parece que las autoridades quieren el espectáculo de la sangre y los sacrificios con el fin de tener adeptos para culpar a los políticos y mandatarios en turno.  

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