Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Las crisis petroleras siempre han trastornado la economía mundial, algunos recordarán la primera en 1973 que fue resultado de la venganza política de la OPEP (los países exportadores de la Cuenca del Pérsico) más Siria, Egipto y Túnez, contra los países que apoyaron a Israel, en la guerra del Yom Kipur donde éste, venció a la coalición árabe.
El alza de los precios que se desató, generó una de las espirales inflacionarias mundiales más pronunciadas, y además transformó la vida de Occidente: afectó la producción y hasta la distribución de los espacios urbanos que eran extensivos, porque la gasolina barata permitía vivir en donde da vuelta el aire. En 1985 como en otras ocasiones el precio bajó de la cotización que tenía y el cambio produjo una catástrofe que recuerdo en Texas, llevando a la quiebra a las empresas extractoras en Odessa y Midland. Al otro día de la baja del precio, despidieron a los trabajadores y suspendieron las actividades en su totalidad, lo que causó el abandono de casas rodantes por cientos, que de inmediato quedaron desocupadas ya que los trabajadores que las habían adquirido no tenían empleo y se declararon en insolvencia para pagarlas…
Recuerdo que me sorprendió la rapidez de esas decisiones, drásticas para mí, dado que el enfoque que yo traía entonces era el de mantener las fuentes de trabajo como prioridad. Comentando con un ejecutivo de la financiera de las casas rodantes: Commodore Financial Services, le causó gracia mi comentario. Y al paso del tiempo veo que si algo está quebrado o en números rojos, debes deshacerte de esa rémora porque a menos que puedas rescatar el negocio mediante reformas de fondo y exista adentro y fuera, la convicción de cortar de tajo vicios, poco o nada se podrá hacer de un barril sin fondo, o como bíblicamente se dice: un vientre estéril, eso es Pemex.
Y si a esa empresa inflada le cargas sus adeudos, lo que tienes es un gigante muerto, que deambula como zombie devorando como el mitológico Cronos a sus hijos y a su economía. Porque Pemex desde este milenio está quebrada, su pasivo laboral, nada más eso, es mayor que el valor de la empresa; lo dijo forzadamente el entonces subsecretario de Hacienda, Warman en el 2004, durante la Convención Nacional Hacendaria. Hoy Pemex no tiene futuro: carga deudas inmensas que solo sirvieron para que los funcionarios del pasado se enriquecieran mediante acrobacias financieras, creciera una burocracia dorada, federal y estatales; y el sindicato siguiera con el chantaje tradicional de que: “si se cae Pemex, se cae Usted y se cae México”, como le dijera Joaquín “La Quina” Hernández Galicia, a Miguel de la Madrid.
Para acabarla de regar, la 4ª transformación” alimentada por el discurso lopezportillista, de creer que México es de los más grandes productores del mundo; empezaron a cometer errores mayores, y decidieron echarle dinero bueno al malo. Y sin entrar en detalles se ve hoy más que nunca, lo grave de las malas decisiones; que con la penosa presencia de una candorosa e ignorante Rocío Nahle, en la pasada reunión de la OPEP mas invitados, acabó hasta cuestionando al ministro saudí de energía, todo un tiburonazo que discretamente se mofó de la improvisada exsindicalista. En ese contexto la bajada del precio del crudo mexicano, lo que significa es: “ahora vas a bajar la producción y nada recibirás a cambio”. En esos niveles si no sabes cómo va la jugada ni te presentes.
Pero este aviso no viene solo, es un componente de una serie de acciones que van a minar a México, como potencia media. Porque en el contexto de la guerra mundial, entre EUA contra China, que en esta etapa es virológica más que virulenta, no solo se trabajan las agresiones concatenadas, es decir una tras otra; sino que la estrategia es abrasiva, allí le van algunas: cierre de la frontera norte y rechazo a inmigrantes indocumentados; extradición de criminales de alto impacto con fines políticos y de información financiera; eliminación de los apoyos al campo, para recurrir a la importación de granos; entrega de la seguridad regional a los grupos delincuenciales; terrorismo por leyes patrimoniales; liberación masiva de delincuentes; despojo de los fondos de aportaciones para reducir a las burguesías locales; desprestigio mediático a los opositores, sin pruebas; control de los medios, mediante presiones; y reproducción de terrorismo urbano, como el “Culiacanazo” y el terrorismo rural, como la matanza “Lebaron”; etc.
Habrá que decirlo con todas las letras, se trata de pegarle a México, hasta quebrarlo por completo: ahuyentar a los inversionistas y prestanombres del pasado inmediato, dejando inconclusos y en la indefensión los proyectos públicos y privados: el aeropuerto, la cervecera; maniobras burdas como las consultas para que espanten a los inversionistas locales en primer término; con el propósito también de acabar con las clases medias, porque la negociación del cambio geopolítico, en esta parte, es solo captar esclavos, como allá tienen a los paisanos: mano de obra sustitutiva de los chinos que ya no convenían como lo vengo argumentando y demostrando a lo largo de estos artículos.
Por eso, hacer ver la liga con los grandes capos, las condonaciones de energía como en Tabasco, crear un ejército propio, la guardia nacional y un electorado a sueldo, en dizque becas y las limosnas a los adultos mayores; junto con la muerte del único posible opositor y su esposa en un helicopterazo, son un efecto de procrear miedo. Pero hay más: el desprecio a los gobernadores, la desinstitucionalización del gasto regional, al eliminar de facto las delegaciones; retener apoyos a la producción agropecuaria y pesquera; y la concentración de dinero, tanto del presupuesto y de las finanzas, como los fideicomisos y el fondo de estabilización que se han desaparecido a los ojos de todos, son la muestra. Se suman más homicidios. Llevan con todo a quebrar a México.
México se va a atrasar más.
Ya ha pasado antes. ¿Cuántos años se retrasó el país con la caída de Porfirio Díaz?
Cuarenta años tomo el nuevo modelo del nacionalismo revolucionario. Ésta caricatura mal parida, está en la etapa de destrucción no creativa, anti-Schumpeter. Porque no hay ningún proyecto, ninguna salida, lo de hoy es derruir el modelo anterior. Eso es todo, por eso les dieron el poder, tal como metieron en los edificios de renta congelada del centro histórico, a facinerosos para hacer huir a los inquilinos. Después de comprarlos, Slim con la ayuda de Obrador, les dieron su tajadita a los del trabajo sucio.
Éste es un trabajo sucio para la potencia, se trata repito, de destruir el poder de las clases medias y las que den el ancho, podrán irse con todo y su dinero a Los Ángeles o a Colorado; para que malbaraten sus negocios y los compren los inversionistas que han estado comprando empresas mexicanas desde hace tiempo. Al fin México es un país de ciudadanos imaginarios, nadie se opondrá al destructor, y seguirán como en la secuela del 1910, destrozándose las bandas del poder, y luego va a aparecer el proyecto, por eso éstos, no saben ni que pez…
