México.- Morena heredó la costumbre perredista de dividir a sus militantes en tribus y la disputa interna por el control del partido ha evidenciado su existencia.
Los Texcocos (encabezados por el senador Higinio Martínez); Los Marcelos (encabezados por el canciller Marcelo Ebrard); Los Monrealistas (encabezados por el coordinador de los senadores morenistas, Ricardo Monreal); Los Berthos (encabezados por Gabriel García, coordinador general de programas Sociales y Bertha Luján) y Los Talibanes (identificados con la secretaria general en funciones de presidenta, Yeidckol Polevnsky), son los principales grupos identificados dentro de Morena.
“Sí (es una herencia del PRD). Una de las grandes fuentes que nutrió su formación es el PRD, éste estaba formado por tribus y muchas de esas tribus se fueron, de raíz, hasta con el vendedor de paletas, a Morena. En su ADN, ese partido tiene transfusiones de un partido tribalizado”, explicó José Fernández Santillán, politólogo y académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
A los grupos perredistas, agrega el académico, hay que sumar los de priistas como Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad, cuyo sobrino político, Rodrigo Abdalá Dartigues, es delegado estatal de programas sociales en Puebla.
Además, puntualiza, en Morena el regionalismo sí es un realidad y también se ha traducido en grupos poderosos como el del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien actualmente es aliado de la secretaria general, Yeidckol Polevnsky, su principal impulsora para que consiguiera la candidatura al gobierno estatal, o el de Cuitláhuac García, en Veracruz.
“En política, como en física, nada se crea ni se destruye, todo se transforma. Morena no inventó nuevos militantes, es la creación de un verdadero amasijo de tendencias de otros partidos, la mayoría de ellas acomodaticias”, consideró el investigador.
Aunque los morenistas niegan que en su partido haya tribus, la pugna por controlarlo ha puesto de manifiesto que sí las hay. Fuentes del instituto político, del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación han confirmado que existe una alianza entre prácticamente todos los grupos, a fin de lograr lograr que Yeidckol Polevnsky deje las funciones de presidenta.
Por ejemplo, Los Texcocos que, originalmente apoyaban la candidatura a la presidencia del coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado (miembro del grupo de Ebrard), han fortalecido a Alfonso Ramírez Cuéllar, miembro de Los Berthos (pero no incondicional) electo presidente provisional por el VI Congreso de Morena.
Ricardo Monreal ha decidido no meterse en el pleito, pero uno de sus cercanos, Alejandro Rojas Díaz Durán, ha prometido no impugnar más a Ramírez Cuéllar si finalmente es validado por las instancias electorales.
“Es un partido cachatodo, con muchos parches y ya empezó a notarse esta conformación por los pleitos internos: una cosa es Bertha (especializada en lucha sindical) y Yeidckol (proveniente de un organismo empresarial), tienen extracciones diferentes.
No es un partido con una identidad y una tradición pero además es que es el único partido en México que estando en el poder se ha descompuesto porque éste le llegó muy rápido y la rebatinga por él poder ha sido feroz, es mucho dinero, posiciones y ni siquiera el jefe máximo (López Obrador) los ha logrado controlar”, puntualizó Fernández Santillán.
El Heraldo de México