Raúl Flores Martínez.
En el último año y medio México se convirtió en un panteón con víctimas mortales del crimen organizado y Covid, que se tratan de esconder en la misa mañanera que da el mesías perdonavidas de Palacio Nacional.
La cifra es por demás escandalosa y dolorosa, 56 mil 757 personas han muerto víctimas de la pandemia del Covid, 55 mil 908 víctimas del crimen organizado, además de los 473 feminicidios.
En el caso de las muertes violentas contra mujeres el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), señala en sus estadísticas que de enero a junio de 2020 se registraron 473 feminicidios en el país, la mitad de los 945 que ocurrieron en todo el año pasado.
La entidad más peligrosa para las mujeres sigue siendo el Estado de México, en donde en sólo seis meses, se cometieron 63 feminicidios, lo que significa que 11 mujeres mueren al mes.
Otro de los estados violentos con más muertes de mujeres es Veracruz con 45 feminicidios, de enero a junio de 2020, seguido por la Ciudad de México, Nuevo León y Puebla con 35 casos cada uno.
En sexto lugar Jalisco con 28 feminicidios, en séptimo lugar Morelos con 20, Baja California en octavo lugar con 19, Oaxaca en noveno sitio con 18 y en décimo lugar de la tabla se encuentra Chihuahua con 17 feminicidios.
Así las muertes en un sexenio indolente, machista y misógino, donde la pandemia había sido domada, el amuleto, la estampa religiosa, el abracense y no usar cubrebocas, es parte del manejo de una pandemia que a final de año tendrá más de 140 mil muertos por el Covid.
Esto sin contar los muertos que dejara la espiral de violencia entre bandas rivales del crimen organizado, que ya lo hemos escrito hasta el cansancio, siguen fortaleciendose ante el abrazo y no balazo.
México día con día, es un panteón que se va llenando de víctimas del crimen organizado y feminicidios, ante la falta de estrategias e ignorancia del Gobierno Federal que junto a sus focas aplaudidoras, generan distractores para ocultar la dolorosa realidad del país.
