Raúl Flores Martínez.
Nuevamente Tamaulipas, es el epicentro de la información, de la masacre de 15 personas por integrantes del crimen organizado, para ser precisos, de más células del Cártel del Golfo.
Ayer el fiscal del Estado, confirmó que las masacres fueron cometidas por las células del Cártel del Golfo conocidas como “Ciclones”, que se ubican en el municipio de Matamoros y “Escorpiones”, que tienen su bastión en Río Bravo, zona conurbada con Reynosa.
La lucha es para el control de la zona que hay sobre la carretera Matamoros-Río Bravo, a la altura del puente Pharr y áreas que conectan con sinnúmero de caminos vecinales que actualmente son controlados por la célula conocida como “Los Metros” con base en Reynosa.
Estas células a sangre y fuego, tratan de obtener el control de las rutas de las drogas, a sangre y fuego, debido a que desde hace años, hay un gran vacío de autoridad en la entidad.
Un vacío creado por las Comisiones de Derechos Humanos del estado y Nacional que a través de las estrategias que utiliza el crimen organizado con base en protestas, han logrado desactivar los operativos de la Armada y Ejército.
En este espacio, hemos dado a conocer esos otros nombres que no se mencionan en la mañanera de López Obrador, esos nombres que causan temor en la población.
Ahora ya se tiene una masacre que no fue tomada en cuenta por el Presidente a quien el bastón menos de un minuto para hablar del tema, esa insensibilidad que tiene para las familias de las víctimas, una falta de respeto.
Está masacre de 15 ciudadanos tamaulipecos, no son nada para el Gobierno Federal, porque debemos recordarle a las focas aplaudidoras que el crimen organizado, es tema del ámbito Federal.
Ya se tiene el primer saldo con 15 civiles que no tenían nada que ver con algunas de estas células del crimen organizado, civiles que serán olvidados en pocos días, ante la niña acción de las autoridades Federal y local.
