Ernesto Zavaleta.
¿Alguien recuerda un encuentro entre presidentes de México y Estados Unidos más vacía e insustancial que la primera entre Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden ocurrida el martes 12 de julio?
Esa será la pregunta a partir de mañana y en adelante, qué trajo para beneficio del país el mandatario mexicano; que ofreció para México el de Estados Unidos ¿cooperación? ¿Amistad? ¿Respeto? ¿No los hay ya?
Fue tan insulsa que la página de la Casa Blanca ( https://www.whitehouse.gov/es/) y de Prensa de la Presidencia de EEUU no registraron el evento ni con na foto, al menos hasta 10 horas después de ocurrido el encuentro, cuado se cerró la edición de esta columna.
¡Vaya desilusión! no van a tirar la estatua de la libertad, no van a retirar los cargos contra Julian Assang, Estados Unidos no va a otorgar 300 mil visas de trabajo a migrantes, ni se van a retirar las denuncias de violación al tratado de libre comercio, ni habrá dinero para llevar sembrando vidas a Centroamérica.
Eso sí, uno aprovechó para atacar a sus adversarios “los conservadores”, y el otro reiterar los logros durante su administración, somos los que más crecemos, creamos más de 8 millones de empleos, ambos en campaña.
Además de tomarse la foto de la que fue en realidad la primera reunión cara a cara de ambos mandatarios (la anterior fue trilateral con el Primer Ministro de Canadá) ¿a qué fue a Washington Andrés Manuel López Obrador?
“Vengo a verle, presidente Biden, para expresarle en nombre del pueblo de México la disposición a trabajar juntos en bien de nuestras naciones. Esta no será la primera ni la última ocasión en que cerremos filas para ayudarnos mutuamente”.
Esa fue la explicación de quien encabeza un gobierno, que supuestamente se rige por la austeridad, y para quien fue necesario un viaje pagado con dinero público para reiterar su disposición para trabajar con su homólogo de Estados Unidos “para el bien de ambos y sus naciones”.
Cumplió acaso el primer mandatario mexicano alguno de los preceptos del artículo 89 constitucional que establece sus obligaciones, y más en específico cumplió alguna de las metas inscritas en el párrafo X de ese mismo artículo, ¿detuvo una evidente agresión contra el país?¿promovió acuerdos para el desarrollo?¿obtuvo garantías para el respeto de los derechos humanos en territorio mexicano?
Ninguna de esas preguntas tuvo una respuesta en la visita a Biden, no se firmó ningún acuerdo, el estadunidense no manifestó ningún compromiso concreto a futuro, sólo mencionó acciones ya en desarrollo y metas que se tienen pendientes, bueno ni siquiera intentó hablarle en español al mexicano. Lo que alargó la conferencia de prensa conjunta,
Biden no disculpó ni se refirió a ninguna de las afrentas en contra de su gobierno por parte de su visitante, como la negativa de México a sumarse al bloqueo contra Rusia, el discurso anti estadunidense para reformar la Organización de Estados Americanos (OEA), el evidente apoyo a gobiernos anti yanquis en América Latina o su ausencia en la Reunión de las Américas.
El presidente de EEUU muy diplomático dijo a su homologo que México es muy importante para los problemas que aquejan a ambas naciones, el crimen organizado, la pandemia de Covid19, el crecimiento comercial y económico del hemisferio, y sobre todo la migración ilegal sobre lo que subrayó:
“Nosotros llegamos a niveles históricos en los últimos cinco años de visas a centroamericanos y estamos en un ritmo que nos va a permitir duplicar la cantidad de visas en el próximo ejercicio. Gracias, presidente, porque ustedes también están emitiendo más visas de trabajo en México para centroamericanos”, pero nada de 300 mil visas a inmigrantes ilegales.
Seguramente en la mañanera en Palacio Nacional López Obrador se adjudicará como triunfo que el año pasado, 2021, el gobierno de Biden otorgó 300 mil visas H2 de trabajo en favor de igual número de migrantes con estancia legal en territorio estadunidense, la cifra no puede ser una casualidad.
Y como en la mañanera, el mandatario mexicano no dejó escapar la oportunidad de atacar a “sus adversarios” a los conservadores “Frente a la crisis, la salida no está en el conservadurismo, sino en la transformación. Hay que actuar con arrojo, transformar, no mantener el status quo”, aunque Biden le corrigió la plana:
”Bueno…Tenemos liberales, conservadores y extremadamente conservadores y estoy esperando que el Partido Republicano vuelva a las tradiciones conservadoras para volver a hablarnos con respeto en este país”.
México garantiza abasto de gasolina en la frontera norte para que estadounidenses puedan llenar los tanques de sus vehículos.
Los compromisos concretos fueron de un solo lado en la reunión bilateral:
México ofrece a EU más de mil kilómetros de gasoductos para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California.
México propone suspender más aranceles y relajar medidas reglamentarias en el comercio de alimentos y otros bienes para atacar la inflación en ambos países
México presentó un plan de inversión privada y pública para producir bienes que fortalezcan los mercados de México y EEUU para reducir la importación de productos de otras regiones y continentes.
México continuará impulsando la creación de parques solares en estados fronterizos para producir energía que beneficie a estados de ambos países.
México se compromete a ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada a EU de obreros, técnicos y profesionales de distintas disciplinas -mexicanos y centroamericanos- con visas temporales de trabajo para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra.
Joe Biden sólo espera que los Republicanos recuperen la cordura y serenidad en los próximos meses. Nada para México.
Por la noche la cena de empresarios, cada quien en busca de agua para su molino.
Nada para México.
Sin embargo la gira cumplió su propósito, como se mencionó en este espacio, Joe Biden se tomó la foto con su “coordinador de campaña”.
COMENTARIOS
https://twitter.com/ErnestoZavale
https://www.facebook.com/ernesto.zavaletag
