Luis “Excrecencio” Sandoval o el declive de la milicia

Carlos Arturo Baños Lemoine / Ciudadano Cero

Carlos Arturo Baños Lemoine.

El General Luis “Excrecencio” Sandoval es algo más que el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional de la Cuarta “Transtornación” Mental: es un peligroso muñeco de ventrílocuo al servicio del Tirano de Macuspana. Es un “florero” más, sin duda; sólo que tiene una peculiaridad: las plantas que contiene son muy venenosas.

Luis “Excrecencio” Sandoval ya se tragó la dogmática y la narrativa de su jefecito. López Obrador lo supo “maicear” muy bien para tenerlo siempre de su lado, con todo el desprestigo que esto conlleva para él mismo y, lo peor, para todo el conjunto de las Fuerzas Armadas de México.

El Nerón de Palacio Nacional ha sido muy hábil, sin duda: supo, desde un principio, que el verdadero peligro para su (des)gobierno era la milicia. La oposición política quedó muy debilitada después del 2018, el empresariado siempre resulta muy influenciable a través de los contratos y los impuestos, el crimen organizado es muy pragmático y negocia con los gobiernos en turno, la prensa es menos influyente de lo que se cree y las masas necesitadas no suelen morder la mano que les da de comer.

Los militares son cosa aparte, porque son capaces de dar efectivos golpes de Estado, así de sencillo. Por ello, López Obrador siguió la ruta que han trazado los rojillos latinoamericanos integrados en el Foro de São Paulo y en el Grupo de Puebla: contaminar a los militares. Claro, los “nuevos rojos” ya aprendieron que a los militares no hay que enfrentarlos, sino cooptarlos, porque son tan ambicosos o más que cualquier mortal: los militares creen que sus “esfuerzos y sacrificios por la Patria” les merecen medallas y, sobre todo, premios en metálico.

Incluso recordemos que el cavernícola Hugo Chávez planeó su régimen comunista desde las filas castrenses y, por ello, la fracasada Venezuela chavista sólo se sostiene a punta de ballonetas. En Cuba y en Nicaragua pasa lo mismo.

Así, pues, López Obrador se agarró al general más influenciable que pudo y le inyectó su veneno populista y patriotero. Y, claro, ya sabemos que este veneno funciona mejor cuando se permite que los militares hagan jugosos negocios al amparo del poder presidencial. Lo he dicho y lo repito: donde hay cómplices no hay culpables.

Para que los militares mexicanos no estén pensando en golpes de Estado, hay que ponerlos a pensar, mejor, en sus jugosas ganancias al amparo del poder presidencial. Por ello, López Obrador ha metido a los uniformados hasta en la sopa y, en agradecimiento, Luis “Excrecencio” Sandoval le garantiza el confort político que precisa López Obrador para su régimen populista-comunista.

¡Qué más da que el país se caiga en pedazos si el Casino Militar siempre está abierto para mí!

Facebook: Carlos Arturo Baños Lemoine

Twitter: @BanosLemoine

YouTube: Carlos Arturo Baños Lemoine

Instagram: banos.lemoine

https://banoslemoine.wordpress.com/

Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.

Número de vistas 300

Clima

CIUDAD DE MÉXICO

Hoy no circula

Tipo de cambio

Tipo de cambio USD: vie, 26 Abr.

Lo último

Notas relacionadas

Lo más destacado de LA MAÑANERA

FacebookTweetPrint En su conferencia de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador estimó que en julio próximo los primeros trabajadores empezarían a recibir el