Por. Ah-Muán Iruegas
A raíz de los lamentables accidentes que han impactado la opinión pública, las autoridades capitalinas, que no sirven para cambiar ni un tornillo, han iniciado una campaña para “probar” que ellos, en lugar de ser el grupo de incompetentes que todo México sabe que son, son en realidad unas pobres víctimas de una serie de “siniestros provocados” (?).
Así, Sheinbaum dijo el pasado domingo, en una nueva campaña para exculparse a sí misma, que las fallas atípicas recientes en el Metro son “sucesos intencionados”.
Es decir, según Sheinbaum, en el Metro capitalino, en lugar de haber un equipo de inútiles que no pudieron evitar que se cayera un tren repleto de gente en la Línea 12, lo que hay es un GRAN COMPLOT.
Con lo cual, las autoridades, especialmente si son gobiernistas como Sheinbaum, están destinadas a resolver el acertijo, encontrar a los complotistas y, desde luego, salvar del complot a la gran capital.
Lo cual la convierte, oh sorpresa, en una Dama predestinada para ser candidata oficialista a la Presidencia de la República, para así poder salvar a todo México.
El gobierno capitalino es en realidad el que está inventando el complot del Metro para salvar su pellejo -en riesgo por sus delitos culposos-. Sheinbaum, Andrés Lajous y Florencia Serranía están en un verdadero riesgo de acabar en la cárcel, apenas termine el actual gobierno.
Les urge un próximo gobierno capitalino afín a la actual administración. Para ello, requieren inventar alguna historia que les permita evadir su responsabilidad y culpar por el accidente de la Línea 12, el otro accidente de la Línea 3 del Metro Potrero y “otroooo” reciente accidente de la misma línea donde se quemaron al parecer unas llantas (con lo cual la gente, viva al menos salió corriendo despavorida por el andén). Así como una serie interminable de otros “incidentes”, incendios, etc.
Varios de esos lamentables sucesos, de acuerdo con la telenovela gobiernista sobre el complot en el Metro, pueden tener un origen siniestro, desde luego originada en “los enemigos del pueblo”.
Desde la Revolución Francesa, uno de los teatros de los políticos en turno es definir quiénes son los amigos y quiénes son los enemigos del “pueblo”. Y desde luego, el director de escena es siempre “El Amigo del Pueblo”.
En nuestro caso, Sheinbaum no puede ser la Directora, por la sencilla razón de que ella está incapacitada para dirigir incluso una obra de teatro en un Kindergarden. Esta pobre mujer no puede dirigir nada. Como prueba de lo anterior, tenemos al Metro de la CDMX.
No pudo dirigir hacia el bien ni a su propio exmarido Carlos Imaz, cuando lo descubrieron robando en televisión nacional, siguiendo los pasos del “Primer Actor”, René Bejarano, que robaba con el mismo guion de Imaz.
Esperemos que haya tenido mejor puntería Sheinbaum al escoger a su actual pareja, cuyo nombre no vale la pena ni siquiera mencionar, pero que según AMLO está destinado a convertirse en el futuro “Príncipe Consorte” de nuestro país. Sin embargo, solicitamos que el nuevo príncipe de Claudia Sheinbaum nos presente una sencilla Carta de No Antecedentes Penales. Si no es mucha molestia…
Epigmenio Ibarra, productor de narcotelenovelas, así como de propaganda gobiernista, obtuvo gracias a la generosidad del gobierno actual la cantidad de CIENTO CINCUENTA MILLONES DE PESOS M.N. por parte de Bancomext (Epigmenio: ¡presénteme a sus amistades!).
Epigmenio Ibarra debe desquitar sus millones. No es posible que no haga nada que valga la pena en su vida, para recibir semejante cantidad. Yo le sugiero al obradorismo que Epigmenio escriba al menos una nueva telenovela para Doña Claudia, en lugar de su complot contra el Metro. No es posible que, para recibir sus millones, Epigmenio sólo haya escrito su firma en Bancomext.
Pero la telenovela de Claudia Sheinbaum se está convirtiendo, lentamente, en una gran tragedia.
Como prueba de lo anterior, y de modo circense y rocambolesco, el mismo día en que se anunció la “reinauguración de el tramo subterráneo de la Línea 12”, se reportó OTRO NUEVO ACCIDENTE.
De última hora, se reportó que el pasado domingo, por la tarde, se produjo el desprendimiento de dos vagones en la estación Polanco de la Ciudad de México. Por una gracia divina, en esta ocasión al parecer no hubo víctimas.
Es decir, de la incompetencia de Claudia Sheinbaum, una verdadera nulidad en la historia de la Ciudad de México, nadie se salva. Sólo nos puede salvar el Creador –a veces.
La Policía Bancaria e Industrial, así como la Guardia Nacional recién estrenada en el Metro, no sirvieron de nada en el nuevo accidente en el Metro Polanco. Lo cual prueba que al Sistema de Transporte Colectivo Metro no le sirvió para nada un ejército de policías y guardias. No son necesarios, sobre todo cuando en cuanto a narcotráfico se refiere, la Guardia Nacional no atrapa ni a una mosca.
El Metro, al parecer, lo que necesita es un numeroso grupo mecánicos. No un numeroso grupo de pretextos y aclaraciones, como las que fabrica Claudia Sheinbaum.
Decididamente, Claudia Sheinbaum no puede con el puesto que ocupa. Pero sí cobra su salario…
A la hora de cobrar su sueldo, Claudia Sheinbaum nunca falla.
