Raúl Flores Martínez.
La desaparición de un ser amado sin importar el sexo, es algo que no se le desea a nadie. El proceso de denunciar la desaparición del ser amado, se vuelve un calvario por una simple y sencilla razón, la ineptitud de los ministerios públicos de las Fiscalías y Procuradurías.
El proceso para la búsqueda debe de iniciar con la denuncia y la ficha de desaparición, qué la mayoría de las ocasiones las hacen después de las 72 horas, tiempo en que una menor de edad puede ser sacada del país por tierra y llevarla hasta Panamá.
Recientemente dí a conocer en Imagen Tv, un caso de una menor de 14 años que fue sustraída por un adulto de 22 años. Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Guanajuato y Ciudad de México, fueron los lugares donde estuvieron por tres meses huyendo de la policía, una huida solo por tener una denuncia de ausencia, desaparición o sustracción.
Tras una nota televisiva en menos de cuatro horas, la jovencita apareció en el estado de Guanajuato, la aparición se debió al apoyo de los televidente y no del apoyo de las autoridades, qué están más ocupadas en acumular pilas de denuncias en los rincones más apartados de las agencias de los ministerios públicos.
El segundo paso del proceso, es más tormentoso, es la revictimización de la menor de edad, y poner en tela de juicio toda su declaración al grado de incentivar que los padres se den por vencidos y no levanten la denuncia por corrupción de menores contra el sustractor.
Este es el motivo de la falta de denuncias de las menores de edad en el país, un país y un gobierno que está llevando al fango a los colectivos, asociaciones de madres de desaparecidos, qué a diario se topan con la corrupción de las autoridades que bajo pretexto de no tener recursos extienden la mano para pedir dinero de los familiares de las desaparecidas o desaparecidos.
De esto no habla el flamante Presidente Andrés Manuel López Obrador y todo el séquito de focas aplaudidoras de la Cámara de Diputados y Senado de la República que se enfocan en recordar los sexenios pasados, principalmente el de Felipe Calderón.
En la actualidad son más de 110 mil personas desaparecidas, una cifra que se incrementa día con día con la complicidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno que día con día llenan las bodegas de denuncias, carpetas de investigación y pérdida de las pruebas que recaban las familias, eso es lo que se hace en la actualidad.