Isaías Villa González*.

Recordamos aquél 5 de mayo de 1989 en que fundamos al PRD. Veníamos de la lucha cívica y popular contra el fraude electoral, con que arrebataron la presidencia de la República al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, en 1988. Fraude operado por el aparato oficialista, encabezado por Manuel Bartlett. Apoyaron nuestra demanda de limpiar las elecciones Manuel J. Clouthier (candidato presidencial del PAN), Rosarios Ibarra de Piedra (del PRT), y un amplio conjunto de personalidades ciudadanas.

Construir un partido que luchara por la democracia y la equidad social fue la salida política sensata a la indignación social. A ello concurrieron la Corriente Democrática del PRI (además de Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez), el Partido Mexicano Socialista (PMS, resultado de un histórico proceso unitario de la izquierda, encabezado por Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Gilberto Rincón) y muchos otros grupos de izquierda y personalidades progresistas. Nuestros objetivos se sintetizaron en nuestro lema: Democracia ya, Patria para todos. Respeto al voto y un nuevo sistema de oportunidades sociales para toda la gente.

La lucha democrática se encaminó a tener elecciones libres y auténticas. Lo logramos. Organismos electorales autónomos, un padrón electoral confiable y credencial de elector infalsificable; medidas para contar con procesos equitativos; mecanismos jurídicos para corregir irregularidades. Así, surgió el IFE (1996) que luego devino en INE (2007). Con ello vino la alternancia en el año 2000, y ocurrieron los gobiernos divididos (es decir, el Presidente de la República no contó ya con mayoría en las Cámaras y tuvo que construir consensos con la oposición).

El PRD ganó en 1997 el DF, ahora CDMX. Y desde entonces, con el Ing. Cárdenas, se desarrollaron Políticas públicas sociales luego convertidas en leyes, en apoyo de la tercera edad, las mujeres, niños y jóvenes en edad escolar, etc. Tal como postulaba nuestro Programa: Estado democrático, social y de derecho. Además, se impulsaron luchas progresistas, por la igualdad sustantiva de mujeres y hombres, a favor de los derechos humanos y contra todo tipo de discriminación, logrando importantes avances (ILE, Matrimonios igualitarios, 50-50, entre otras).

En el 2012 decidimos que la fuerza política lograda en las elecciones de ese año jugara a favor de construir soluciones para los mexicanos. Participamos en el Pacto por México, logrando que: alimentos y medicinas quedaran exentos del IVA, aumentaran los recursos públicos mediante una reforma fiscal, se abaratara el servicio de telefonía ordinaria y celular, que el DF lograra autonomía plena; entre otros beneficios para la gente. Y nos salimos cuando se aprobó la reforma energética privatizadora.

Como puede advertirse en tan sintético recuento, el aporte del PRD al avance democrático, social, libertario y modernizador de México no ha sido menor. Y ahora se nos cuestiona: entonces ¿por qué hacer alianza con el PRI y el PAN, sus rivales históricos?, ¿por qué no con Morena o PT?

Decimos que a situaciones extraordinarias se debe contestar con medidas extraordinarias. Desde las elecciones de 2018 se advirtió, y a más de 4 años de gobierno, se comprueba de sobra: con López Obrador y la autollamada 4T, la República democrática, civil y progresista construida durante décadas se ha venido desmantelando, está en peligro; y hay que sumar fuerzas para revertir el proceso, y hacer un cambio para mejorar.

Las pulsiones autoritarias, dictatoriales, ahí están con el atropello ilegal de una abyecta mayoría legislativa; el empoderamiento de las fuerzas armadas; la destrucción de instituciones (INE, INAI, Financiera Rural); el impulso del pensamiento único (extinción del CONACYT). Pero también ahí está el desastre: 5 millones más de pobres; 153 mil asesinados (más que Calderón y Peña Nieto), el crimen organizado enseñoreado en el país, feminicidios; cientos de miles de muertes y dolor (particularmente en niños con cáncer) por el capricho fracasado del INSABI y el mal manejo del COVID; una economía estancada. Y un largo etcétera. Y una polarización social que manipula la comprensible irritación popular, que el presidente López Obrador atiza diaria y peligrosamente contra todos quienes piensen distinto: periodistas, luchadores sociales, feministas, ecologistas, Ministros, intelectuales. Un grave riesgo, pues así se gestaron guerras civiles en otras latitudes.

Las Alianzas son para construir un contrapeso a esta barbarie; para reconstruir al país, sus instituciones y un sistema democrático en donde nuevamente puedan ponerse los diversos proyectos de Nación a elección de la ciudadanía. No para regresar al pasado.

Morena no es de izquierda: es un amasijo populista, conservador, autoritario, donde caben desde guevaristas hasta yunques y confesionales; una patente electorera con ex de todos los partidos. México requiere un partido de izquierda socialdemócrata, reformista. En el PRD seguimos fieles a los principios y el programa que nos dio origen. A favor de la democracia y las libertades; que éstas se traduzcan en mejoría social: con empleos formales, salarios dignos y seguridad social; y un piso básico de educación, salud, vivienda. Comprometidos con las causas del siglo XXI, feministas, de la diversidad, ecologistas, de colaboración mundial para que la globalización de beneficios para todos. ¡Feliz cumpleaños PRD, vamos para adelante!

*Fundador y Delegado Nacional del PRD en Coahuila

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