Alejandro Rodríguez Cortés*.
Ha llegado la hora de las definiciones y todo parece indicar que la lucha por la presidencia de la República quedará entre dos mujeres en la boleta electoral que habremos de cruzar en junio de 2024.
A unos días de que concluyan los procesos internos tanto del partido en el gobierno como del llamado Frente Amplio Opositor, parece inevitable que las triunfadoras en ambos sean Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruiz, lo que convertirá ya en certeza que el mando político y administrativo de nuestro país quede por primera vez en manos del género femenino.
Si bien nunca ha habido grandes dudas de que la ex jefa de gobierno de la ciudad de México es desde un principio la favorita de Andrés Manuel López Obrador, con todo lo que ello implica, las denuncias de Marcelo Ebrard sobre uso indebido de recursos públicos en favor de su adversaria no parecen hacer mella en un destino fijado: por voluntad de AMLO, en un negado dedazo sui géneris, la fiel copia obradorista tomará camino hacia Palacio Nacional.
Por el lado de la oposición, la movilización priísta para apuntalar la precandidatura de Beatriz Paredes se ve insuficiente para revertir el fenómeno Xóchitl, a unas cuantas semanas de haber emergido como la figura disruptiva que pudiera disputar el inmenso poder de la aspirante oficialista y enfrentar al mismísimo Andrés Manuel y a todos los recursos de la mal llamada Cuarta Transformación.
Ahora hay que esperar un par de cosas para emitir un siguiente análisis: qué hará el ex canciller Ebrard, si se quedará en Morena y negociará futuras posiciones, o si se marchará hacia lo que seguramente sería la tercera opción en la próxima elección presidencial, bajo las siglas de un indefinido partido Movimiento Ciudadano. Del otro lado, será importante ver si los viejos partidos PRI y PAN ponen sus todavía importantes recursos económicos y políticos a disposición de Xóchitl Gálvez.
Los ataques obradoristas mañaneros a la carismática ingeniera hidalguense no cesaron pero se han reducido, ya sea para atender a regañadientes las disposiciones de la autoridad electoral, para ocuparse de los temas del desastre nacional o de su propio proceso interno, enrarecido por las quejas de Marcelo. La ofensiva crecerá más temprano que tarde, pero lo interesante y definitorio será si a esa andanada se suman cuadros panistas y priístas que le quieran hacer el caldo gordo a Morena y al presidente de la República, ya sea por miedo a represalias judiciales o a cambio de supervivencia política. Lo de MC y Dante Delgado también estará por verse.
En fin, que todavía tenemos por delante un buen trecho por recorrer, en una elección federal que hace tan sólo un par de meses se daba por definida con un año de anticipación, y que ahora perfila una competencia real e intensa entre dos visiones de país, dos rutas, dos mujeres.
La presidencia de la República es absolutamente relevante, es obvio, pero no hay que olvidar la lucha por recuperar el Congreso, el último baluarte para los que queremos corregir el rumbo de México, aún si es que la inercia y el ilegal apoyo del actual gobierno hacen ganar a Sheinbaum.
En fin #EsClaudia y #XochitlVa, serán las opciones.
*Periodista, comunicador y publirrelacionista.
@AlexRdgz
