Carlos Arturo Baños Lemoine.
Los medios de comunicación afines a la mitología feminista los llaman “encapuchados”. En cambio, yo prefiero llamar a las cosas por su verdadero nombre: feministas terroristas. Claro, por eso me ufano de ser el primer y único periodista mexicano que, de forma sistemática, abierta, objetiva, acuciosa, crítica y reprobatoria la emprende todos los días en contra de tan nefasta y tan perniciosa mitología; por supuesto me refiero a la mitología feminista. ¿Alguien quiere debatir esto conmigo? ¡La puerta está abierta!
Como periodista y académico universitario, llevo lustros denunciando al feminismo como una ideología dogmática, totalitaria, irracional, reduccionista, anticientífica, genocida, violenta, retrógrada, maniquea, gansteril, misándrica, fascista, etc. Sólo gente con mala formación intelectual y con nulo espíritu democrático puede someterse al feminismo.
Y vuelvo a demostrar que me asiste la razón: desde el pasado fin de semana, hemos atestiguado un nuevo capítulo del fascismo a cargo de las sectas feministas que se mueven al interior de los CCHs de la UNAM. Ahora, todo comenzó en el CCH Azcapotzalco y la podredumbre ya se corrió a otros planteles de educación media superior de la UNAM.
Las hordas feministas, apoyadas por sus “aliades” castrados (esos varones porriles de las “nuevas masculinidades”), tomaron violentamente el CCH Azcapotzalco. Incluso mandaron al hospital, con lamentables quemaduras, al menos a dos profesoras; sí, al menos a dos mujeres.
¿Recuerdan, ustedes, mi artículo Terrorismo feminista en el CCH Sur, publicado el viernes 28 de octubre de 2022? Como en varios artículos de la misma naturaleza, yo he exhibido los múltiples delitos en los que incurren constantemente las sectas feministas-fascistas: daño a la propiedad, allanamiento, lesiones, homicidio en grado de tentativa, ataque a la paz pública, sedición, motín y hasta terrorismo.
Pero recuerden que las feministas-fascistas gozan de total impunidad dentro del régimen dictatorial de la Cuarta “Transtornación” Mental.
Al igual que todas las organizaciones dogmático-totalitarias de la historia de la humanidad, las sectas feministas quieren imponer su dogma a través de la violencia, del chantaje y del miedo: si no crees en su basura mental, serás objeto de su odio y de su violencia.
¿Cómo puede ser posible que la Universidad Nacional “Autótrofa” de México se haya sometido a uno de los peores pensamientos anti-científicos de nuestros tiempos?
Pobre UNAM: por efecto del feminismo, ha dejado de ser la “Máxima Casa de Estudios” para convertirse en la “Máxima Casa de Estultos”.
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.
