Raúl Flores Martínez.
Ya entramos en la Fase 3 de la pandemia del Covid19 en México, hasta ayer en la noche se había registrado 857 personas que habían perdido la vida por este virus.
Si vamos más allá, y vemos que la incidencia delictiva sigue su curso en el país, ese curso trazado por el crimen organizado que deja en un solo día 114 personas ejecutadas.
Tan solo, el pasado lunes 20 del presente mes, 114 personas perdieron la vida en distintos hechos de violencia. Guanajuato en su guerra intracarteles aportó 16 ejecutados, seguido de Jalisco y Michoacán con 11 homicidios cada uno.
De acuerdo con las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Estado de México, Guerrero, Sonora, Baja California, Chihuahua, Puebla, Ciudad de México, Sinaloa, Veracruz, Columba, Morelos, Oaxaca, Zacatecas, Coahuila, Nuevo León, Quintana Roo y Tabasco, fueron las entidades con homicidios.
Prácticamente en todo el país; sin importar el número, todos aportaron por lo menos 2 personas ejecutadas por el crimen organizado, esto deja un parámetro para reflexionar.
Si se suman las cifras del primero al 20 de abril, se contabilizaron mil 719 personas muertas por el crimen organizado, lo que se traduce en 85.9 personas que pierden la vida diariamente.
Mientras usted trata de sobrevivir en la cuarentena que no le permite trabajar y llevar unos pesos a la casa; el crimen organizado no para, las empresas delictivas siguen en su apogeo luchando por las plazas para seguir con sus delitos.
Mientras esto pasa, nuestro Presidente sigue volteando a otro lado para no hacer frente a la delincuencia común y organizada, quizá sus pactos de abrazos no balazos, le ayuden a sacar al país de la violencia que en estos días se ha olvidado por el Covid 19.
Mientras algunos mueren en los hospitales por la pandemia, otros mueren bajo el plomo del sicariato en las calles o veredas del país.
