Francisco Garfias.
Ni una palabra para los damnificados de la tormenta tropical Hanna (iban dos muertos y daños incuantificables) tuvo ayer el presidente López Obrador en la mañanera.
Una omisión aprovechada por el ex presidente Calderón para ironizar sobre el “circo mediático” que significó la bienvenida presidencial al TP-01, que llegó de California después de 18 meses.
“Hubieran aprovechado para subir al avión, visitar y llevar ayuda a la gente que lo perdió todo en Reynosa, a causa del huracán. ¡Ah! Pero dejaron en cero el presupuesto del Fonden”, escribió en twitter.
***
Apenas una mención del Covid-19 que cotidianamente deja mal parados tanto al presidente como al famosísimo doctor Hugo López Gatell.
Las estadísticas nos dicen que ni se ha domado la pandemia, ni pierde fuerza, ni muestra una desaceleración, ni deja de matar.
Van 44 mil 22 muertos y contando, según la Universidad Johns Hopkins. La SSA confirmó la cifra poco después.
Ya estamos en cuarto lugar en defunciones detrás de Estados Unidos (148 mil 9), Brasil (87 mil 4) y Gran Bretaña (45 844.) Al paso que vamos, pronto subiremos al podio de la muerte.
***
Cero alusiones a la veintenta de jóvenes secuestrados hace más de una semana en Puerto Vallarta, Jalisco, presuntamente por el Cartel Jalisco Nueva Generación, cuando andaban de vacaciones.
Nada tampoco de los 17 mil 500 homicidios dolosos reportados en el primer semestre del 2020, que nos exhiben ante el mundo como uno de los países más violentos del mundo.
Era el día del avión presidencial. La escenografía estaba puesta para mostrarle al pueblo –vía las cámaras de televisión y videos en redes sociales— la aeronave que debió llamarse “Porfirio Diaz” o “Carlos Salinas de Gortari” y que no tuvo ni Obama.
El avión que no se rifó le sirve al presidente para ilustrar los excesos del pasado que nos tienen donde estamos. Contrastarlo con la “austeridad republicana” y los “ahorros” logrados por el no uso del avión.
Esos excesos del pasado que utiliza como distractor de los malos resultados en Seguridad, Salud, Economía.
No habló de nada que empañara el circo preparado para mostrar el T-P 01, ejemplo de que los neoliberales eran “gobiernos de ricos, para ricos, con un pueblo pobre.”
Primero el avión. Lo demás puede esperar.
***
Emilio Lozoya Austin, imputado por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho, no pisará el Reclusorio Norte en su primera audiencia.
Será por videoconferencia, y a puerta cerrada, desde el Hospital Ángeles del Pedregal, donde lo llevaron desde que llegó de España, hace diez días.
El ex director de Pemex no se ha repuesto de los males que lo aquejan y que se “agravaron” durante el viaje en avión privado que hizo desde España.
Esta primera audiencia es por lavado de dinero. La compra, a precio muy inflado, de la planta chatarra de fertilizantes Agronitrogenados, subsidiaria de Altos Hornos de México.
No es la estelar. Esa será será cuando se aborde el tema de los sobornos de Odebrecht que suman alrededor de 10.5 millones de dólares, según directivos de la empresa.
Todo mundo está atento a la evidencia que proporcione Lozoya contra miembros de la administración pasada.
El nombre del ex presidente Enrique Peña Nieto es mencionado constantemente junto al de Luis Videgaray.
En futuras audiencias se tratará también el tema de legisladores del PRI, el PAN, y otros partidos que firmaron el Pacto por México.
Diputados y senadores habrían sido “comprados” para aprobar las reformas estructurales, especialmente la apertura energética.
En el extranjero siguen con lupa el tema. El Grupo Eurasia, con oficinas en Nueva York, Washington, Londres, Tokio, Brasilia, São Paulo, San Francisco y Singapur abordó el tema en su reporte de hoy.
Dice que el “Lozoyagate” ha empujado a miembros de Morena a proponer una revocación legal completa de la reforma energética.
Señala textual:
“A medida que surja más información del caso, estos grupos ejercerán más presión para hacerlo.
“Pero es poco probable que López Obrador lo respalde, ya que sería demasiado perjudicial y difícil de aprobar, dada la necesidad de alcanzar mayorías constitucionales.
“López Obrador sabe que tiene un amplio margen de maniobra bajo el marco legal actual.
“Por ahora, el presidente utilizará este caso para deslegitimar a la oposición y justificar sus políticas energéticas diseñadas para aumentar el papel del estado en el sector”, puntualiza.
FIN.
