Tabasco y la 4T ¿pantano o edén?

Ah-Muán Iruegas.

Las recientes inundaciones en varias entidades, notablemente en Tabasco, le han quitado la máscara a la hipocresía y el desdén obradorista para con su propio estado. Tuvo el actual gobierno más de dos años para desazolvar sus ríos, para modernizar sus presas… y no hizo nada que valiese la pena.

En lugar de ello, AMLO puso al frente de la Comisión Federal de Electricidad al “señor” Manuel Bartlett, conocido ladrón. En lugar de meterlo a la cárcel a Bartlett, por todo el daño que le ha hecho no sólo a Tabasco sino a todo el país, al tipo le dieron un “hueso” para roerlo durante el sexenio.

No importó nada que a la concubina de Bartlett o su familia cercana, le hayan descubierto más de veinte propiedades que él trató de disimular en sus declaraciones patrimoniales, de las cuales no ha podido demostrar un origen lícito.

Tampoco importó que se le acuse como autor intelectual del asesinato y tortura del agente estadounidense Enrique “Kiki” Camarena, como lo recuerda la prensa con frecuencia. ¿Por qué nunca viaja Bartlett a los Estados Unidos? ¿Teme que le echen el guante?

Menos importó aún que Bartlett sea el responsable o cómplice del fraude en las elecciones presidenciales de 1988, en las que por órdenes de Miguel de la Madrid, Bartlett desconectó el sistema de cómputo y luego dijo que el sistema “se cayó”. Gracias a sus delitos, es decir a sus delitos de ese año –porque tiene varios en su haber-, Carlos Salinas de Gortari fue presidente de México e impuso el neoliberalismo en el país, o lo afianzó mediante la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte –que AMLO renegoció y volvió a firmar-.

Nada de eso le importó a AMLO y en lugar de meter a prisión a Bartlett, le dio un premio. Hoy debe investigarse cuánto ha robado el también exgobernador de Puebla en la CFE y si todo lo que se roba es para él y su amante, o también le toca una rebanadita a Andrés Manuel López Obrador.

Esa puede ser la razón por la cual AMLO le tolera “todo” al poblano. Incluso se debería investigar si Bartlett cooperó con su dinero robado a la campaña presidencial del señor presidente, y si esa es la razón por la que éste le perdona todos sus delitos al hoy director de la CFE.

Mientras tanto, Tabasco se hunde. No sólo en el agua, sino también en la corrupción. El Congreso del Estado, dominado por Morena, ha aprobado leyes que en lugar de impulsar la rendición de cuentas, la socavan y permiten que el gasto público se ejerza cada vez con menos transparencia en ese lugar, que se supone que es “un edén”.

Morena es un fiasco a nivel nacional, una especie de PRI de segunda categoría. A los priistas no los pescaban en sus raterías tan pronto como a los miembros de Morena. Los morenistas no sirven ni para robar.

Todavía no acaba el sexenio y al hermano del señor presidente ya robó y ya lo pescaron. Nada más falta que huya -y ya le pueden hacer película-.

Pero de lo que estamos seguros es de que a Pío, la nueva vergüenza de la familia López Obrador, no lo va a encarcelar su hermano. Al contrario, a Pío su hermano lo puso a robar.

De hecho, en Tabasco existe el riesgo de que nombren a Pío “héroe nacional”.

Andrés Manuel se las da de muy “pío”, pero a varios de sus secretarios particulares sirven para esos propósitos. René Bejarano es un personaje inolvidable, que salió en video en el programa de t.v. del payaso Brozo –y así pasó a la historia, en la pantalla chica-.

Así es como están “haciendo historia” los morenistas.

Otro funcionario que figura en la misma “lista negra” de AMLO es Alejandro Esquer, su actual secretario particular que fue exhibido por la revista Proceso hace unas semanas y que por lo visto, ya está haciendo historia, al estilo de la 4T.

La 4T está en un pantano. No pueden atender ni a las feministas –sólo a balazos, como en Cancún- ni a las víctimas de la violencia, ni a los niños con cáncer, a quienes el señor presidente ni los ve, ni los oye, ni mucho menos los atiende.

Es una enorme falta de capacidad política la que muestran los obradoristas. La última torpeza del llamado “Mesías Tropical” fue haberse enredado en un pleito nada menos que con… el presidente electo de los Estados Unidos. Todavía no se sienta en la silla Joe Biden y ya tiene un pleito que sembró AMLO, en tanto éste no quiso felicitar al primero por su triunfo. El equipo de Biden intentó la semana pasada otro acercamiento con la diplomacia obradorista, sólo para recibir un nuevo portazo en el rostro.

Toda esta incompetencia es lo que explica que en el rico estado de Tabasco, por todos conocido como un “edén”, lo haya convertido nuestro Mesías en un pantano. El gobernador del Estado le reclama y hasta cierto punto amenaza a Manuel Bartlett, pero éste dice que le dan risa los reclamos.

Adicionalmente, las torpezas de Bartlett van a meter de nuevo en problemas a la 4T con Biden, un conocido campeón de las energías que favorecen al medio ambiente.

Pero a quien debe reclamar el gobernador tabasqueño no es sólo a Bartlett. AMLO es responsable del verdadero crimen que se está cometiendo en contra de Tabasco, su propio estado, por nombrar a un tipo tan incompetente como Bartlett, que ni siquiera es ingeniero. Bartlett está abandonando las energías limpias y sustituyéndolas por energía a base de carbón. A este paso, Tabasco va a terminar iluminado con antorchas…

Es decir, la llamada 4T no es una transformación positiva, es una regresión autoritaria que está convirtiendo a México en otro edén… pero edén para los expriistas del obradorismo: como el expriista Manuel Bartlett, el expriista Porfirio Muñoz Ledo y el expriista Andrés Manuel López Obrador, quien en un arranque de lirismo le compuso un himno al PRI… que debería cantar en todas sus conferencias mañaneras.

Lo que hoy ocurre en Tabasco, que hoy está “tres metros bajo el agua”, no es en realidad culpa de los tabasqueños. Esto tiene causas nacionales, que incluyen destacadamente la falta de planeación adecuada de la comisión federal de electricidad, una comisión de alcance nacional. Es causado asimismo por la incompetencia de Manuel Bartlett, por la corrupción de la 4T y sobre todo por la tolerancia de AMLO tanto con Bartlett como con el resto de sus corruptos colaboradores y secretarios. Que en lugar de trabajar en los ríos tabasqueños que hace mucho tiempo que AMLO dijo que se debían limpiar o desazolvar, se pusieron a trabajar en los ríos… de dinero que hoy corren en Palacio Nacional.

Y también por ello, el problema de Tabasco es nacional: porque se origina en la corrupción obradorista que corroe a toda la nación.

Tabasco, gracias a AMLO, era antes un edén y hoy tristemente es un pantano. AMLO primero se montó en todos los tabasqueños que pudo –y en todos los izquierdistas que también utilizó- para que votasen por él y así trepar a la silla presidencial. Hoy que está sentado allí, se olvidó de dónde nació, se olvidó de sus principios, se olvidó de sus ideales, de “sus paisanos” y de Tabasco entero.

 

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